Le dictaron la prisión domiciliaria en marzo de 2012, justo a tiempo para que no pudiera hablar frente al Cenotafio que recuerda el desembarco en Malvinas que él comandó, al cumplirse los 30 años de esa gesta. Este solo ejemplo muestra la calaña de sus secuestradores.
Desde su prisión seguía trabajando por la verdad y la memoria completas, expresiones que a este gobierno le sabe a ofensa.
En el día de ayer su corazón generoso dijo basta.
Un luchador, un hombre de bien, un ejemplo que no olvidaremos.
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