domingo, marzo 27, 2011

EN EL DIA DE LA MEDIAMEMORIA. (Doble estándar del Poder Judicial sobre los Derechos Humanos).

Previendo la velada circense del 24 de marzo (apenas empañada por un refrescante chubasco de Opera) el Poder Judicial se apresuró a hacer bien los deberes.
Niñitos obedientes, cejijuntos, bajan el martillo como si rompieran nueces.
Comunicado número Uno. El Poder Judicial decide…
1.- Condenar a Luciano Benjamín Menéndez y a Jorge Rafael Videla en la provincia de Tucumán por delitos de “lesa humanidad” en los que no estuvieron, ni pudieron haber estado involucrados.
2.- Absolver al comisario Horacio Verbitsky y a un grupo de activos Montoneros por prescripción, por la bomba del casino de Coordinación Federal de la Policía Federal Argentina.

Con rostros circunspectos y sin aflojar la comisura de los labios, los autodenominados “jueces” discurren que el terrorismo “común”, no es delito de lesa humanidad por lo tanto prescriben. Sólo lo es el que se encaramaba desde el Estado, en Falcons con calcomanías “los argentinos somos derechos y humanos”. Los otros son, escasamente, amateurs del terror; perdonables por su vocación aficionada. Armas soviéticas y entrenamiento cubano fueron, apenas, anécdotas de su tierna juventud maravillosa.
Convencidos de que el que gana escribe la historia, los vencidos de ayer, aporrearon la verdad durante décadas, hasta conseguir un Poder Judicial subordinado e inventarse una Constitución a medida, con Tratados y todo.
El Estatuto de Roma…
El bendito (o maldito según el ojo derecho o izquierdo que lo mira) Estatuto de Roma introduce el delito de “lesa humanidad” en el ordenamiento jurídico argentino. De acá para adelante, lo aclara el mismo Estatuto, no para atrás. Son imprescriptibles los delitos de lesa humanidad que se cometan en el futuro.
Los niñitos obedientes se apresuran a apuntar que se aplica para atrás también. Son más papitas que el Papa. Complacen al Poder, cuidan sus carreras y sus futuras jubilaciones.
“Irretroactividad ratione personae . 1. Nadie será penalmente responsable de conformidad con el presente Estatuto por una conducta anterior a su entrada en vigor.” (art. 24 del Estatuto de Roma).
El Estatuto de Roma entró en vigencia en la Argentina el 9 de enero de 2007.
Respecto de la sui generis teoría de la Corte Suprema de Justicia redimiendo al terrorismo del mote de “lesa humanidad” dice el Estatuto de Roma
“Artículo 7. Crímenes de lesa humanidad
1. A los efectos del presente Estatuto, se entenderá por "crimen de lesa humanidad" cualquiera de los actos siguientes cuando se cometa como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil …
… a) Por "ataque contra una población civil" se entenderá una línea de conducta que implique la comisión múltiple de actos mencionados en el párrafo 1 contra una población civil, de conformidad con la política de un Estado O DE UNA ORGANIZACIÓN DE COMETER ESOS ACTOS O PARA PROMOVER ESA POLITICA”.
Esta aclaración, específicamente incluye dentro de los delitos de lesa humanidad a los que se realizan desde cualquier organización, contra la población civil, para promover una determinada política, cualquiera, incluyendo las organizaciones terroristas. Así lo entienden los grandes juristas del mundo.

Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia tiene su propia Biblia y su propio calefón.
No debería extrañarnos.
En más de doce oportunidades, la Corte Suprema de Justicia declaró constitucionales las leyes 23.492 y 23.521 (Punto Final y Obediencia Debida) para -luego- venir a validar la nulidad que sobre éstas decretó el Congreso, cuando vientos del sur eran los que soplaban. Nulidad que se aplicó hacia atrás, también, fulminando sus efectos liberadores.
Si mañana gobernara el ratón Mickey la Corte Suprema proclamaría que la Constitución es una gran horma de queso.

Esta modesta abogada, nada puede enseñar a los miembros del Supremo Tribunal de la Nación y demás inferiores que ya no conozcan.
Estremece concluir que saben mejor que cualquiera que lo que hacen es puro y simple prevaricato y que les importa un legal rábano.

lunes, marzo 14, 2011

SANGRE DE CRISTO, EMBRIAGAME

POR EL HONOR DE LA SANGRE

Antonio Caponnetto

Sangre de Cristo embriágame

Mientras el mundo gemía el drama de Japón, sucedido en el inicio de la Cuaresma ; mientras el luto desplegaba su ropaje austero sobre el corazón de los hombres decentes, nos llegó la noticia, según la cual, un grupúsculo burdelesco de funcionarios oficialistas, encabezados por el actual ministro de Economía, se daba cita en el bar "Perón Perón", ubicado en lo que llaman ahora Palermo Hollywood, y que otrora supo ser, decentemente, un cielo de relinchos y de crines, al decir de Jorge Luis Borges.

La banda orgiástica del kirchnerismo tenía su propósito expreso en aquella jornada luctuosa de marzo: presentar un nuevo vino, llamado El Justicialista, que según sus promotores, sumaría aún más alegría a la que ya tiene el pueblo como consecuencia de las bondades múltiples que prodiga este Gobierno. Henchidos de ínfulas electoraleras -que es estar rebosante de chapuzas- los hijos de Cristina libaron y brindaron por lo que juzgan su inmodificable y seguro triunfo político.

Personajes de talante prostibulario se aglutinaron alrededor del neobrebaje, convencidos todos de que se puede imponer la alegría popular por decreto de necesidad y urgencia. Y cada uno de ellos, a su turno y copa en garfio, sintióse autorizado a expresar alguna sonora porquería.

Llegado el momento del palurdo que funge de Secretario de Cultura y que para abreviar llamaremos Jorge Coscia- dijo, según registro de las crónicas: El vino es bíblico. El famoso pedo que se agarró Noé aparece en la Biblia , el primer libro." (cfr. La Nación , 12-3-2011,p.18).

Todos se rieron con ganas, según apunta a renglón seguido el mismo informante. Es lógico que así fuera. Existe un patólogico reír propio de los idiotas o de los degenerados- el perfidum ridens, que expresa el gozo que les causa ver la humillación de los demás. En este caso el humillado era nada menos que el Patriarca Noé, cuya embriaguez (Gen. 9,18-29) es figura de esa copa densa de los pecados del mundo, que el mismo Cristo pidió auxilio al Padre para poder beber (Mt.26,42). Así lo vieron exégetas de nota, y el mismo Buonarotti lo plasmó en uno de sus frescos, el último de la serie del Génesis que está en la bóveda de la Sixtina.

Pero para el Secretario de Cultura paradigma del intelectual K- Noé es apenas un borracho, y el sacrilegio un divertimento de taberna peronista. Es que Coscia, como sus pares de Carta Abierta, merecen ser discípulos de aquella extraña Escuela de Slovenrie, para quienes orinar, peer y vomitar era el modo connatural de expresarse.

Faltaba lo peor, y al final llegó en aquella tenida patibularia. El Ministro de Agricultura, que responde al nombre de Julián Domínguez, alzó una de las botellas de El Justicialista, y se animó, incluso, a comparar el vino con la sangre de Cristo, que dio la vida por la humanidad, con la sangre de Kirchner, que dio la vida por la política (Cfr. La Nación , ibidem).

Hay una sola manera argentina de castigar esta blasfemia, y es horadando la lengua del impío, como enseñaba el Gral. José de San Martín. ¿Quién se atreverá a hacerlo, mientras le explica al reo que el señor Kirchner no derramó ninguna sangre por nada ni nadie, sino que reventó una noche bajo el destino maldito del insensato, al que el Supremo Juez le pregunta: ¿para quién será lo que has amontonado? (Mt. 12, 16-20). ¿Quién se atreverá al justiciero hierro candente, para que el fuego lave, junto con la injuria, la mitología grotesca que ha transformado en héroe y en santo al más vulgar de los canallas y al más ladrón de los rencorosos?

Y hay una sola manera católica de castigar esta horrible imprecación. La explica San Alfonso María de Ligorio en su Sermón IX para el domingo XXIV después de Pentecostés- citando a San Juan Crisóstomo: cuando oigas blasfemar a un hijo vuestro, rómpele la boca, santificando así vuestras manos (Cfr. Obras Ascéticas, Madrid, BAC, 1954, vol.II, p. 523). ¿Quién osará aplicarle la merecida pena? ¿Acaso alguno de estos obispos felones que cuando sale algún curazo agalludo a contener a los viles, acaba pidiéndoles perdón y acallando al valiente?

No; nadie excepto el Dios de los Ejércitos castigará a estos repugnantes blasfemos. Que no se llaman sólo Boudou, Coscia o Domínguez, porque tienen los mil nombres de los obsecuentes que rodean el trono de la jaca.

Por eso, desoiré en la ocasión a las voces amigas que me piden no trasgredir los límites de la mesura. Pero ¿si no estoy dispuesto a este minímisimo gesto de santa indignación por el honor de la preciosa Sangre de Cristo, por quién lo haré?

Escuchen pues, esbirros y esbirras kirchenristas que han sido o serán capaces de tamaña perfidia; escuchen lo único que merecen escuchar con voz tronitonante: son todos ustedes una manga de hijos de PUTA.

Sanguis Christi, inebria me.

miércoles, marzo 02, 2011

LADRONES EN EL DEPARTAMENTO CENTRAL DE POLICIA.

Se supo extraoficialmente que ha sido removido el busto del Comisario Alberto Villar, que se alzaba en el patio de honor del Departamento Central de Policía.

También fueron retiradas de las comisarías, las placas de homenaje a los policías víctimas del terrorismo.

Pese a los insistentes comentarios del periodismo, el gobierno calla y otorga.

Aunque este gobierno ha derogado mi capacidad de asombro y en contra lo que aconseja la estrategia del más elemental manual de guerra, acuso el golpe. Debo admitir que me dolió.

Soy hija de un comisario, nací en el Churruca. Allí fallecieron mi papá y mi abuelo. Aunque no soy policía, me siento parte de la familia policial y cada vez que se la ataca, siento el golpe en lo personal.

Después de ver desfallecer en las mazmorras del régimen a más de mil hombres, presos políticos, creí que ya nada podría conmoverme pero la artera maniobra de hacer desaparecer, una vez más, a las víctimas del terrorismo es demasiado.

Con la clandestinidad de lo que avergüenza, retiraron los homenajes de víctimas que les molestan, porque les recuerdan su origen violento, su violencia latente sólo sostenida por el temor de volver a perder una guerra.

Clandestinamente, a hurtadillas, como ladrones de placas en cualquier plaza pública, esconden su pasado asesino.

La palabra hurto viene del latín “furtum” que significa furtivo y esa es la forma en que hicieron desaparecer las placas que la Nación le rinde a sus mártires. En su descabellada empresa de reinventarse, desaparecen pruebas de la guerra perdida que ellos mismos empezaron.

No hubo ceremonia, no hubo un “general banquito”, no existieron anuncios. Silencio.

Los ladrones de placas del departamento Central de Policía y de las 53 comisarías de Buenos Aires se alzaron con el botín, todo un país boquiabierto que no atina a despertar.

Existen homenajes que los ladrones de todo no pueden hurtar, los que llevamos clavados en el corazón.

Personalmente, quiero recordar a la víctima del terrorismo más cercana a mí: El Comisario Guillermo Pavón.

Era amigo de mi padre y venía frecuentemente a mi casa cuando era chica, lo recuerdo como un hombre gigante. Repasando fotos de felicidades antiguas, noto que era obeso, su peso lo agobiaba. Por su brillante carrera, la Policía Federal evitó darle el retiro, enviándolo a un destino calmo que pudiera sobrellevar su salud, era Jefe de Protocolo y Ceremonial de la Policía Federal Argentina.

Fue un hombre bueno, inofensivo, entregaba coronas de flores en nombre de la Policía Federal a los deudos de los policías caídos en cumplimiento del deber, asistía a los funerales, organizaba las entregas de medallas.

Una mañana, al salir de su casa una ráfaga de ametralladora lo partió en dos.

El ERP se atribuyó el atentado.

Estaban construyendo un mundo mejor y para ello era preciso matar a un buen tipo.

La realidad es que algún trepador pagó su ascenso dentro de la guerrilla o alguna chica fácil quiso probarle al grupo que debía ser tomada más en serio, quién sabe cómo fue y ahora, a quién le importa. En esa época, todos creímos que el comunismo sería el futuro ominoso del mundo y los advenedizos no querían quedarse afuera.

Por la parte que me toca, como miembro de este país enfermo, les pido perdón a las víctimas del terrorismo. Ellos sabrán comprender desde el cielo este pequeño lapso de tiempo en que su homenaje fue borrado por un gobierno que pronto huirá de la misma forma en que los ladrones huyen cuando los persigue la policía.

MISTERIOS DE UNA TRISTISIMA TRINIDAD

La nota fue publicada hace varios años...
«.sabe comandante, yo voy a ser uno de los que esté en la marcha contra Bush - Pues una estatua pa' ti Diego.» (Maradona - Fidel Castro, La Noche del Diez)

El boludoteísmo, gracias a nuestro libertinaje tercermundista de cultos, ha renovado sus bríos este año. Y en esta explosión «popular» del culto a la boludez, mucho ha tenido que ver el show televisivo. El boludoteísmo tiene como dios a Maradona. Ama al diego por sobre todas las cosas, no se cansa de utilizar su pobre nombre en vano, santifica sus sandeces, honra sus contradicciones. «Ámenme tanto como yo me amo», grita el dios diez, y su rebaño delira. Es el culto de los ignorantes orgullosos de su ignorancia. Y el de ciertos vivos que lucran con los idiotas útiles.El boludoteísmo adora a un dios otrora todopoderoso con sus piernas, pero al que el tiempo y otros pecados peores, le quitaron el poder de los miembros inferiores. y no tuvo más remedio que ponerse a predicar con la lengua. Y el dios habló. Y nos habló de la tristísima trinidad: Él, por sobre todas las cosas, el che Guevara y Fidel Castro. Los tres son uno y tres a la vez. Chávez está anotado, pero aún le faltan muchos años de totalitarismo.

El dios diez señaló la tierra prometida: Cuba. y nos llevó hasta ahí, pero él se pegó la vuelta. Muy lindo el paraíso socialista, pero mejor vivir en el infierno capitalista. Y nos advirtió sobre el diablo: Estados Unidos. Pero a pesar de tanto celo propagandístico, el cielo del dios diez y su tristísima trinidad, anda en problemas.
Se les escapan las tortugasMás de 20 miembros del Coro Nacional de Cuba han desertado, entre ellos, el segundo jefe de la delegación, acompañante oficial del coro. Ocurrió en la gira que realiza el conjunto por Canadá, que comenzó el pasado 18 de Octubre y que tenía como fecha de finalización el 5 de noviembre. Los cantantes se fugaron del hotel de Toronto. Entre los desertores se encuentra el barítono Ernesto Hermes Cendoya Sotomayor, informó Sambra, escritor y disidente que llegó a Canadá a mediados de los años 90.

Cendoya dijo que el grupo analizó la posibilidad de quedarse en Canadá ni bien llegaron a ese país, y explicó que los responsables del coro les retuvieron las dietas y los porcentajes de las recaudaciones para intentar evitar la deserción. Los cantantes piden refugio político, la mayoría son jóvenes, pero hay también adultos. Todos desean escapar de «la situación insoportable en Cuba. Están asqueados de la represión, ser los esclavos del régimen, y de estar mal pagos.

La acompañante oficial del coro, Digna Guerra, amenazó a los miembros del grupo para disuadirlos, dijo Sambra. «Les dijeron que los miembros de sus familias en Cuba sufrirían represalias si decidían fugarse.» La última deserción masiva de cubanos en Canadá ocurrió en 2002, cuando 23 jóvenes que fueron a la Jornada Mundial de la Juventud, a la que asistió Juan Pablo II., pidieron asilo.
El paraíso no se mancha¿Por qué motivo la gente huye desesperada del paraíso? La gente huye de Cuba de cualquier manera y a cualquier precio. Se van todos: niños, jóvenes, adultos, abuelos, profesionales, campesinos, deportistas, artistas, hombres, mujeres, negros, blancos. Todos. Claro que en este mundo cada vez más pequeño, mucha es la gente que emigra en busca de nuevos horizontes. Lo extraño de Cuba, es que la gente huye desesperada, de una tierra magnificada por los más prestigiosos intelectuales.

Y huyen hacia cualquier lugar. No les importa si caen en Rusia, Argentina, o en las fauces de los tiburones del mar Caribe. Amén de lo que digan los detractores o los defensores de la absurda dictadura cubana, yo creo que la única razón para que la gente huya de un paraíso, es el aburrimiento. Una vez dijo el dios diez que: «si en el cielo estaban todos los buenos, entonces él prefería irse al infierno, porque iba a ser más divertido». Es una bolufrase digna del boludios diez.

Por eso, si Cuba es el paraíso que nos vende la elite intelectual, y que yo no tengo por qué no creer, la única causa de que la gente huya desesperadamente de allí, ha de ser el hastío.Pues en Cuba ya todo está hecho y de la mejor manera, y de la única manera posible. Cuba es el país más democrático y más libre del mundo. Entonces, las personas que lo habitan tienen un buen motivo de hastío, pues en los demás países, transformar un país en libre y democrático es una preocupación y una ocupación que nos lleva mucho tiempo. Pero como Cuba ya alcanzó ese aspecto central para la vida de las naciones, ese logro superior de la humanidad, entonces, la gente se aburre.

Si en educación, los chicos de primer grado ya escriben como Martí, y aprenden dos veces más que lo que se aprende en cualquier otro país del mundo infernal, si en Cuba ya nada puede perfeccionarse, es lógico que la gente se aburra. En salud pública, hasta hace poco se pensaba que Canadá tenía el mejor sistema del mundo, vaya mentira diabólica, el mejor sistema de salud pública del mundo es la cubana. Ni Canadá ni Suecia: Cuba; y hacia allí peregrinan en masa los sanitaristas de todo el mundo para aprender.

Los suecos, los suizos o los japoneses, por ejemplo, se entretienen saliendo a hacer turismo, viendo muchos canales de televisión o leyendo periódicos y revistas de cualquier parte del mundo. Los cubanos no, pues, si es el país de las mejores cosas, ¿para qué ir entonces a conocer otros lugares peores? La prensa cubana es tan buena que prácticamente no dice nada, ¿qué va a decir si todos los cubanos saben que todo está bien? La televisión cubana es la mejor del mundo.

Y una televisión impecable en un país impecable, ¿qué otra cosa va a informar sino que todo fluye como un río cristalino? Por eso no se emite ni Telesur, la televisora de cuyas acciones los cubanos pagan el 19 %. ¿Para qué, si con los cuatro canales estatales alcanza y sobra para reflejar su vida de ensueño? En Cuba, hasta cuando vienen los huracanes o las tormentas tropicales, todo se mantiene bajo control, todo se prevé, todo el mundo acepta sin chistar lo que las autoridades determinan, porque, claro, las autoridades nunca se equivocan.

En Cuba nunca hubo siquiera una ancianita que se haya negado a abandonar su casa o su gatito. Nada de eso, cuando se dice «a evacuar», todo el mundo evacúa sonriente hacia los mejores refugios para evacuados del mundo.
Todo es formidable en Cuba, porque el Estado se ocupa y se preocupa de todo. Los máximos dirigentes tienen una experiencia de casi 50 años de sacrificio por el bienestar del pueblo. Y los habitantes de Cuba esperan que estén 100 años más ahí. ¿La muerte? ¡Vade retro!, Fidel es un dios que no puede darse ese lujo, porque ¿quién va a dirigir a Cuba con tanto tino, tanta sapiencia y tanta sensatez? No, Fidel tiene que estar en su puesto 100 años más, a lo mejor en ese tiempo surge alguien que llegue a tener, al menos, un diez por ciento de la preocupación y el amor por el bienestar del pueblo.Hay un antecedente histórico a este paraíso cubano que nos propone el boludoteísmo. Y en ese paraíso anterior, pasó algo parecido. Eva se aburrió. Todo era tan perfecto que se comió la manzana, sólo porque estaba prohibido. Lo mismo debe suceder en el paraíso cubano, con la diferencia de que en Cuba todos están obligados a quedarse. Pero la gente tiene esas cosas incomprensibles, prefiere la libertad al paraíso. Es gente inconformista a la que no le gusta que todo sea perfecto.y entonces se van por ahí a pasarla peor.

Algunos, hasta se van y hacen política, con lo ingrato que es esa profesión. Y huyen a costa de sus vidas. El Dios del paraíso de Eva, que todo lo sabe, se dio cuenta, y desde entonces, nos dio la opción de elegir en libertad. El dios del cielo cubano, que todo lo niega, no otorga visa. La tristísima trinidad (el dios diez, el che y Fidel), insiste con la opresión. Parece que al boludoteísmo se le escapa la tortuga.


Horacio Ricardo Palma