domingo, octubre 20, 2013

DE ESO NO SE HABLA. PROGRAMA DE RADIO QUE ES LA VOZ DE LOS PRESOS POLITICOS

 De eso no se habla 18/10 /13




En este programa fue nuestro invitado el Dr y Escritor Nicolas Marquez hablando de su libro del cuales c o autor con Agustin L Arigoni "CUANDO EL RELATO ES UNA FARSA"




De eso no se habla 11/09/13



EN ESTE PROGRAMA PARTICIPO COMO INVITADO EL HISTORIADOR Y ESCRITOR SEBASTIAN MIRANDA AUTOR DEL LIBRO "ORIGEN Y FORMACION DE LAS ORGANIZACIONES ARMADAS EN LA ARGENTINA -TOMO 1-

Los "Pura Sangre"

El día de la Raza mutó de nombre por obra y arte de los que reniegan de la Historia y del destino que nos trajo, mal o bien, hasta el aquí y el ahora.

Josefina González, sus padres secuestraron, torturaron y ahorcaron a Larrabure

El 12 de octubre ya no se festeja el día de la Raza, como cuando éramos nosotros niños y al mejor del grado le tocaba hacer de Cristóbal Colón y a los demás nos tocaba hacer de indios, sino que conmemoramos el Día del Respeto a la Diversidad Cultural.
El cambio en el nombre de la celebración pareciera carecer de sentido en un país donde desde siempre hemos convivido en paz con los de todas las razas y con los de todas las religiones. Donde los de acá o los venidos desde algún allá, hemos sabido convivir en éstas tierras con nuestros acervos culturales y religiosos intactos.
La izquierda rococó (esa que gusta hablar de lo popular y de lo nacional y de lo público… mientras manejan autos alemanes vacacionan en Miami y se atienden en los sanatorios más caros), bajo recomendaciones del Foro de San Pablo, utiliza políticamente la cuestión de los “pueblos originarios” para hacer política con el descubrimiento de América.
Crear heridas profundas, allí donde había cicatrices. El Modelo.
Ahora la estatua de Colón yace boca arriba en una plaza esperando que la justicia decida lo que la imbecilidad requiere, y un grupo de vivos han tomado una representación que no tienen, y hablan la voz de los “pueblos originarios”, reclamando por una historia y un destino forjados 500 años atrás.
Nuestra izquierda rococó hace política con la sangre de la historia. Lo hizo ayer, lo hace hoy… y lo hará siempre hasta que nosotros digamos Basta.
Cuentan que en el comienzo de las orgas terroristas en nuestra América profunda, Regís Debray, El Francés, desgranaba una y otra vez los cinco puntos básicos del manual del guerrillero que había redactado en su oficia de París… El Ché Guevara lo miró y soltó sus reflexiones como un chicotazo: “Cada vez somos menos y nos matan a los mejores. ¿Qué campesinos…? Estos lampiños me miran la barba y empieza a desconfiar de este blanco que habla de cosas que suenan raras. La forma de mirar como si no lo hicieran saca de las casillas a cualquiera. Los arengo y ni siquiera se imaginan quién les habla o quién podría ser; ¿qué reforma agraria les puedo prometer si ya la tuvieron y siguen igual o peor…? ¿Darles un fusil para que enseguida lo cambien por cualquier cosa? Hasta hubo uno que me hizo saber, así como al pasar, que son más antiguos que los Incas y lo hizo con orgullo para decirme que el paso del tiempo contribuye a formar algo así como un título de nobleza, algo jerárquico que debe tenerse en cuenta para las decisiones de fondo y que por eso nadie puede darles órdenes como hacemos entre nosotros. Te aseguro que yo entiendo de éstas cosas. Ellos son los que establecen las diferencias, hipócritas orgullosos en su humildad. Te repito Francés que yo entiendo de éstas cosas y son más cerrados que los indígenas del Perú… inteligencia no me pasó estos datos, y éstos datos son fundamentales cuando tenés que tratar con gente primitiva, extranjera y para colmo, en su propia tierra…”
Así hablaba de los campesinos y de los “pueblos originarios” el prototipo de los “pura sangre” de éstos lares.


Los “pura sangre” son esa raza “especial” que hace mucho tiempo tomaron las armas para mentir y mentirse que cambiarían el mundo matando por la espalda con fusiles y minas vietnamitas.
Los “pura sangre” se juraron hacer uno, dos y muchos Vietnam. Matar o morir. Los pura sangre de Argentina se juramentaron tomar el Poder por las buenas o por las malas… pero empezaron por las malas, y por las malas no pudieron. Así que intentaron luego por las buenas. Y por las buenas sí pudieron, porque nosotros los dejamos. Los pura sangre se han jurado reivindicar como heroica la gesta setentista del horror terrorista.
El pura sangre Juan Cabandié, reivindica con orgullo la lucha armada de sus padres terroristas de la agrupación Montoneros hasta cuando le piden el pago del seguro del auto. Al principio a Cabandié lo deslumbraba el socialismo, hasta que “los Kirchner lo emborracharon de poder”. Le metieron en la cabeza las ínfulas del “pura sangre”. Fue en Cuba que Juan Cabandié “oyó el llamado”.  En 2003 dice que se emocionó con el discurso que Fidel Castro dio en las escalinatas de la Facultad de Derecho, cuando el “pura sangre” cubano viajó para participar de la asunción del exitoso militante inmobiliario Néstor Kirchner. Luego, en 2005, Juan Cabandié viajó a Cuba y se entrevistó con quien fue el encargado de la guardería de los hijos de los integrantes de la organización Montoneros en la década del ’70. En Cuba, Montoneros tenía una guardería donde dejaban a sus hijos mientras ellos salían a matar por América del Sur. 

Cabandié dijo que eran épocas de indagar no sólo sobre su identidad biológica sino también política. A él lo inquietaba el socialismo pero, contó que la conversación con el funcionario cubano que operó como vínculo con las organizaciones armadas terroristas de argentinas lo ayudó a convencerse de que lo suyo era el peronismo, donde habían militado sus padres.


Los “pura sangre” son los Cabandié, pero también son los Dante Gullo, los Kunkel, los Verbitsky, los Bonasso, los Obeid, las Hebe, la Carlotto y toda esa clase de funcionarios y representantes que reivindican directa o indirectamente al terrorismo setentista en Argentina. Pertenecer tiene sus privilegios. Ellos sienten que tienen un aura especial, dada en ese gusto por la sangre derramada de sus hijos, de sus padres… o de ellos mismos. Y bajo la impunidad de ese linaje han esquilmado el erario público y minado las instituciones con sobredosis de soberbia.
Yo digo Josefina González y seguramente usted de encoja de hombros. Ella es la candidata “pura sangre” que acompaña a otro “pura sangre” de Santa Fe, Jorge Obeid. Josefina González es hija de dos integrantes de la organización terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo (E.R.P.), y autores materiales a sangre y fuego, y en banda del asalto a la fábrica Militar de Pólvora Villa María, provincia de Córdoba, acaecido en agosto de 1974. Gobernaba el país Isabel Martínez de Perón, y en ese ataque terrorista se llevaron secuestrado al Coronel (post mortem) Argentino del Valle Larrabure. Lo mantuvieron en cautiverio durante un año, en un pozo denominado por sus captores “Cárcel del Pueblo” situado en Pasaje Bariloche 4220 de la ciudad de Rosario. 372 días exactos estuvo secuestrado Larrabure, y sus últimos 9 meses en una vulgar excavación carente de luz natural y ventilación, un lugar que se inundaba cuando llovía. Sí, quienes mantuvieron cautivos en Rosario a Larrabure, Vicari y vaya a saber cuántos más, fueron los papás de Josefina, y su abuela. Dardo Tosetto, Rut González y la madre de Ruth, Amorosa Brunet de Gonzalez, que simulaban una mercería en una casa de Rosario para ocultar sus actividades terroristas. Mientras tanto, dos metros bajo tierra, mantenían secuestrados a militares y empresarios… Josefina es candidata pura sangre en la lista del Frente para la Victoria de Santa Fe: “Soy parte de las nuevas generaciones que volvimos a creer en la política a partir del proyecto de Néstor y Cristina, y el impulso al juicio y castigo a los represores…”

Los “pura sangre”, esta raza especial de argentinos, militando en la mezquindad de profundizar heridas de venganza, allí donde antes había cicatrices de perdones.

Horacio R. Palma
El Día de Gualeguay
Gualeguay
Entre Ríos

jueves, octubre 17, 2013

MAURICIO ORTÍN, Profesor de Filosofía - UNSa

La suerte de un pajarito



Democracia choriceraEn el mundo hay personas sensibles que todavía sienten culpa por, cuando niños, haberle quitado, gratuitamente, la vida a un pajarito. Maldicen la hora en que tensaron la honda o apretaron el gatillo buscando un autoperdón que no consiguen ¿Sentirán algo semejante jueces y fiscales que, sin pruebas, acusan y condenan? Dictar prisión perpetua a un inocente es infinitamente más grave que enjaular un canario; es devastar irreparablemente la vida de un semejante junto a su familia. 

Como bien se sabe, el más preciado valor en la vida es la vida misma; el segundo -para aquellos que no tienen alma de esclavos- es la libertad. Se argirá, y con razón, que los magistrados son hombres y, por lo tanto, equivocarse en una sentencia es un riesgo inmanente al sistema que, si bien se trata de reducir al mínimo, es imposible erradicar. Ahora bien, condenar a prisión a una persona con plena conciencia de que no existen pruebas que lo ameriten, es cosa muy distinta que equivocarse de buena fe. Hay años luz de distancia moral entre una conducta y la otra. 

Condenar sin pruebas es obrar, de hecho, con "dolo eventual", es decir, no descuidadamente sino, por lo contrario, sabiendo lo que hace y siendo consciente del grado de peligro que su comportamiento lleva implícito para un bien jurídico como es la libertad de una persona. El Estado fue creado para impedir la injusticia y no para cometerla. La milenaria ciencia del Derecho y el método científico son la mejor guía en este sentido y, ambos, exigen ­pruebas! ya sea para establecer que fulano es el asesino o que la tierra gira alrededor del sol. Sin pruebas que corroboren y fundamenten las acusaciones y sentencias, no hay justicia sino "caza de brujas".
Las sentencias condenatorias, entre otras, al padre Julio Grassi, por el supuesto abuso, y a Carlos Carrascosa, por el crimen de María Marta García Belsunce, deberían , en cátedras de Derecho Penal, ser casos emblemáticos de estudio de lo que es un pésimo procedimiento. La lectura de estos mamarrachos devenidos en causas judiciales es imprescindible para opinar con autoridad y no repetir como loros las conjeturas tendenciosas de los periodistas especializados en el chusmerío.
Grassi, Carrascosa y tantos otros son víctimas por azar y podría sucederle a cualquiera que se encuentre lejos del poder. Los acusados por delitos de "lesa humanidad", en cambio, son víctimas de una política de Estado y, en general, de los medios masivos de comunicación. Fue el mismísimo presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación el que dijo: "No vamos a retroceder en los juicios de lesa humanidad. Los juicios no se van a detener. Esto va a continuar. No va a haber marcha atrás. Esto es una política de Estado y deben respetarla todos los argentinos". Así que, entonces, es el Estado, a través de la aplicación de una política específica, el que opera para que militares, policías, ex jueces, empresarios y curas por el mero expediente de una denuncia vayan a juicio y sean condenados.

Particularmente, no le creo nada al señor presidente de la Corte Suprema de Justicia, ni a la política de derechos humanos "consensuada" inconstitucionalmente con los otros dos poderes. No le creo porque, sin pruebas, entre otros, encarcela a subtenientes y cabos que por la época tenían veinte años de edad y no eran dueños de decidir con qué camisa vestirse. No le creo al Dr. Ricardo Lorenzetti, ni a su libro de los Derechos Humanos, porque si, en verdad, dijera lo que dice e hiciera lo que hace por convicción y fidelidad a principios, en lugar de justificar la persecución a los últimos "orejones del tarro" (subtenientes, cabos, etcétera) debería él mismo, de oficio y para que se le aplique la "política de Estado" para los crímenes de lesa humanidad , denunciar al Dr. Eugenio Zaffaroni. 

Este señor, que siendo juez juró por el Estatuto de la dictadura, que negaba hábeas corpus a los desaparecidos (reconocidos por él) tiene infinitamente más responsabilidad que muchos de los que están -entre ellos, héroes de guerra- pudriéndose en las cárceles ¿Qué espera Lorenzetti y las organizaciones de derechos humanos para llevarlo a tribunales? ¿Porqué la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, al respecto, hace mutis por el foro? Y, lo más doloroso y vergonzante, ¿ porqué a esta sociedad le importa, menos que la suerte de un pajarito, que pase lo que nos pasa?

           Para El Tribuno de Salta.

lunes, octubre 14, 2013

IN MEMORIAM: CARLOS MANUEL ACUÑA (1937-2013)

Desde que lo supe esta mañana una angustia indescriptible me aprisiona el pecho. No voy a alardear de una amistad que me hubiera honrado pero que no tuve: para mi era alguien inalcanzable. Un maestro que de todas formas me deparaba el trato de igual.
Lejos estuve siempre de mirar a Carlos Manuel Acuña como a un igual; para mi fue y será un gigante del periodismo.
Lo conocí a través del diario LA PRENSA (el histórico, no el que después arruinó Amalita) porque mi padre leía sus artículos con puntualidad religiosa. Su nombre en letras de molde en la página central de LA PRENSA lo convertía -a mis ojos- en un ser de leyenda.
La vida me llevó a escribir, alguna vez, en ese mismo  diario y recorrer los mismos círculos.
Tengo todos sus libros, aun los agotados, los que atesoro como reliquias del pensamiento que se pretende hacer desaparecer.
Su pluma filosa y su humor inesperado enmarcaron una información de primera línea que descorría el velo de lo que tanto se quiere ocultar, de ayer y de hoy.
Todos sabíamos que no era un periodista cualquiera, que sus fuentes múltiples y disimiles a veces provenían de los servicios de inteligencia y hasta del gobierno. 
Sin embargo, el resto del periodismo (¿el tradicional?) lo ignoraba, con esa contumacia de lo que se quiere borrar del mapa. Miraban de reojo sus artículos y levantaban sus primicias sin reconocerle los créditos, como lo hicieron con la historia del “Vatayón” militante y los “Negros de mierda” que llegó a la opinión pública gracias a él.
Clarín y La Nación explotaron esa noticia hasta el hartazgo pero nunca dijeron que surgió de un artículo de Acuña en El Informador Público, en junio de 2012.

A veces sería mejor que a uno lo ignoren realmente, no de mentirilla, pero a Carlos Manuel Acuña era imposible. Sus artículos estaban signados por el pensamiento políticamente incorrecto y, encima, bien documentados. Razón de sobra para pretender que no existía y para desearle algo más que el ostracismo. Y no hablo sólo de colegas celosos.
Llevaba siempre consigo un arma que tuvo que utilizar cuando alguna vez quisieron intimidarlo en un camino apartado, cerca de su casa de campo.
Nada hubiera apartado a “Carlos Manuel” –como se hacía llamar- de su cruzada por la verdad histórica. El terrorismo se había llevado la vida de un hermano que militó en Montoneros y fue fusilado cuando intentaba dejar la “orga”.
Su salud hace mucho nos preparaba para este disgusto, alguna vez le doné sangre porque compartíamos un grupo poco frecuente que él atribuía a los españoles del sur.
Sin embargo el golpe fue tremendo, como cuando murió Solari. Nos dejó con esa sensación de orfandad y de que todavía tenía mucho para dar; nos pasó la posta antes de tiempo seguros de no llenar bien sus zapatos.
¡¿Por qué los imprescindibles se van y los miserables se multiplican?!
Nos quedan sus libros, sus escritos, sus papeles desordenados que esperamos que su familia preserve como archivo de una historia de dolor y de muerte que debe ser reconstruida. Memoria completa.
Sus últimas tristezas fueron para los presos políticos: en la presentación de su último libro “Los Traidores” estuvo más pendiente de los traslados a Marcos Paz que de la repercusión de su obra.
Fue un visionario, veía debajo del agua. Mientras los demás acusábamos ideologías materialistas y raras geopolíticas mundiales él sabía que todo era producto de sentimientos básicos del hombre: “el odio”. Su obra más importante “Por amor al odio” nos lo dijo a gritos hace muchas décadas, cuando sus protagonistas todavía hablaban de un mundo mejor construido a través de la violencia.

Miro tu número en mi celular que no me comunica a ninguna parte, ya no hay con quien consultar sobre esto o aquello, ahora estamos por nuestra cuenta.
Adiós querido Carlos Manuel, ayudanos desde arriba como hiciste aquí, la lucha siempre fue desigual pero te teníamos a vos para guiarnos.




Recordando a un grande.

Esta madrugada nos dejó CARLOS MANUEL ACUÑA.
La mejor manera de homenajearlo es recordando su valor y su erudición.

Pidieron detención inmediata de Carlos Manuel Acuña en Tucumán – por Luz García Hamilton

Ayer por la mañana sorpresivamente,  el testigo ofrecido por la defensa del General Luciano Benjamín Menéndez, Carlos Manuel Acuña, se presentó en el Tribunal Oral Federal, desde donde había sido citado para declarar como testigo en el juicio Oral y Público a Militares y Policías. Habló durante más de una hora con precisión y abundando en detalles. Dio una clase de historia que bien debería enseñarse a nuestros adolecentes y jóvenes. La querella y el Fiscal se enfurecieron con sus declaraciones y tras un largo interrogatorio en el que hubo exabruptos y gritos,  el Fiscal Alfredo Terraff en nombre del Ministerio Público Fiscal, pidió  la inmediata detención del testigo. Se vivieron momentos tensos en la Sala y una vez más el Tribunal hizo primar la razón.
Silenciosamente y sin hacer demasiado ruido, anoche había llegado a la provincia el conocido periodista y escritor Carlos Manuel Acuña para ser testigo en el juicio Oral y Público a militares y policías por “la existencia de un centro clandestino de detención en la ex Jefatura de Policía”
Caminando con dificultad y visiblemente preocupado por una baja de azúcar que lo aquejaba en ese momento, Carlos Manuel Acuña llegó a la Sala de audiencias acompañado del abogado Horacio Guerineau, defensor de Luciano Benjamín Menéndez. Llevaba bajo su brazo tres libros de su autoría (los dos tomos de “Por amor al odio” y “Verbitsky – De La Habana a la Fundación Ford” que luego dejó de regalo para la Justicia Federal en Tucumán.
Era el primer testigo de la mañana y se sorprendió con la poquísima gente presente en la Sala del juicio y porque en las inmediaciones no había absolutamente nadie.  “¿Dónde están todos los que parecen haber cuando uno ve por televisión?”, dijo con ironía.
El anuncio de que el testigo estaba ya en el edificio por parte del secretario García Zavalía causó estupor y la abogada Laura Figueroa expresó su molestia ya que supuso que primero serían escuchados todos los testigos de la querella y recién allí los de la defensa. El Presidente Jiménez Montilla le dio la razón diciendo que no lo habían tenido en cuenta, pero hizo pasar de inmediato a Acuña a la Sala. Juró por Dios y los Santos Evangelios y con absoluta tranquilidad se sentó en el banquillo para prestar testimonios. Informó brevemente sobre su estado de salud diciendo que salía de una operación cardiológica, que era diabético, que tenía dificultades respiratorias  y que “estaba un poco gordo” con cierto sentido del humor. A continuación, y a pedido del Doctor Guerineau comenzó su exposición que sinceramente, fue una clase de historia.
Hizo una introducción sobre el proceso del terrorismo desde 1959 en adelante, aclarando que uno de los factores que lo marcó en ese tema es el de tener uno de sus hermanos desaparecidos. Y contó que el 6° de una familia de 8 hijos fue guerrillero pero que luego se arrepintió y cuando decidió salir con el apoyo de todos ellos, desapareció para siempre.
Dijo que el fenómeno de Argentina no fue una excepción y que no hubo en este país una guerra civil, sino que fue una guerra terrorista diferente y la comparó con “la guerra fría”.
Detalló pormenorizadamente y fundamentando siempre con ejemplos concretos, la evolución del terrorismo en Argentina, hablando de los Uturungos, de la presencia extranjera en Orán donde se adiestraba a guerrilleros a principio de los 60 y aseguró que las FFAA no pelearon sólo contra una invasión interna sino también contra fuerzas externas.
Relató el episodio de la bomba que estalló en un edificio de calle Posadas, en la Capital Federal, por error de un grupo que manipulaba explosivos y aseguró que entre los escombros de los 8 pisos que se derrumbaron había planos de la provincia de Tucumán a la que ya se estudiaba para lo que sería la guerra.
Alarmó a todos y provocó las primeras quejas del poquísimo público presente, cuando dijo que en Argentina habrá un proceso reaccionario y que “se está gestando un nuevo grupo terrorista en el sur, con los que se dicen mapuches”. En ese momento el Presidente del Tribunal hizo callar a los presentes amenazando con desalojar la sala ante la próxima queja.
Habló mucho del “Che”, refiriéndose siempre a él como “Ernesto Guevara Lynch”, mencionó a Mario Roberto Santucho, guerrillero santiagueño, y dijo y una y otra vez con contundencia y convencimiento, que HUBO UNA GUERRA.
Criticó duramente a Verbitsky , quien “cobraba sueldo del Gobierno de Onganía” y aclaró que él también perteneció al Gobierno de Onganía gracias a lo cual se contactó y conoció a muchas personas, entre ellas, manifestó, a Nilda Garré.
Repitió una vez más que hubo una guerra y agregó que hubo valentía y actos de coraje.
Mostró el  acta de Montoneros, firmada  en 1989, en la que se comprometían a pacificar el país y terminar con las divisiones, acto que nunca se concretó.
Habló de la inseguridad que hay en el país y de los ataques y dijo que esta escalada de violencia es progresiva . En este momento los abogados protestaron y desde el público se levantó una señora y a los gritos pidió que “hagan callar a este señor de la derecha mientras acusaba  al tribunal de permitirle explayarse”. Jiménez Montilla ordenó que sacaran a la señora y ella, gritando más todavía, les decía a los Gendarmes “que no la toquen”, fueron momentos tensos hasta que se retiró.
El tribunal pidió respeto para el testigo y les recordó a los abogados querellantes que sus testigos habían sido escuchados en silencio. Hubo muchas quejas que no prosperaron.
Con tono pausado Carlos Manuel Acuña expresó: ” cuando digo que habrá una reacción contestataria me equivoco, ya empezó, acá mismo en la sala hay personas intolerantes que no permiten la libertad de expresión por ejemplo”.
Laura Figueroa estaba indignada y acusó al tribunal por otorgar al testigo una “tribuna política”, sin embargo Acuña continuó su exposición sólo interrumpida un par de veces, primero por indisposición del imputado Cattáneo, que sufrió una descompensación respiratoria mientras seguía el juicio por teleconferencia y luego por problemas técnicos que impedían ver la imagen en la casa del General en cuestión.
Ya por separado hemos publicado las declaraciones de Acuña, pero no queríamos dejar de manifestar la vivencia de Periodismo de Verdad allí dentro para compartirla con nuestros lectores. Acuña se sentó en el banquillo a las 10 en punto de la mañana y estuvo allí hasta pasada las 14 cuando se retiró luego de un cuarto intermedio para que el tribunal resolviera que hacer con el pedido de “detención inmediata”.
Tras casi dos horas en las que Acuña habló pausado, tranquilo y demostrando conocer al dedillo la temática de la guerrilla y de LA GUERRA en Argentina , comenzó el tiempo de preguntas y respuestas que tuvo tramos irónicos, risas, enojos  y hasta llantos.
Preguntas y respuestas:
Horacio Guerineau comenzó el interrogatorio y le preguntó cuántos guerrilleros estimaba que actuaron en el país. Aclarando que era una cifra estimativa, Acuña  dijo que alrededor de 20.000 divididos en “combatientes, simpatizantes y aspirantes” que usaban grados similares a los de los Militares. En la selva tucumana agregó luego, pelearon cerca de 3.000 y resaltó que se había elegido a Tucumán especialmente por su topografía. Había gente que iba y venía, aseguró y relevos en la zona del monte.
Guerineau lo interrogó luego sobre cuál era su concepto sobre la CONSADEP o la comisión Bicameral  creada en Tucumán. Dijo no conocer demasiado la actuación de la Bicameral, pero si poder intuir, en base a sus investigaciones, que no fueron creíbles. Esas organizaciones fueron creadas posteriormente a los grandes acontecimientos bélicos del 70 comentó y concurrieron quienes se creían víctimas. Dio algunos ejemplos por ejemplo que “todos los que declararon allí tuvieron la suerte alguna vez de correrse la venda de los ojos y ver situaciones que no existieron”. Han dicho disparates, agregó y sostuvo que han incurrido en mentiras que no distorsionan la realidad”.
A continuación el abogado de Menéndez le preguntó que sabía acerca de los centros clandestinos de detención. Respondió Acuña “que los militares cumplían órdenes” y que en esos centros se operaba en función a eso. No corresponde en absoluto el término “clandestino” aseveró.
“Y de las cárceles del pueblo?”  Existieron demasiadas, dijo con seguridad, y allí prisioneros militares y civiles permanecieron en condiciones inhumanas, tratados salvajemente, y entonces recordó al Coronel Larrabure. “Si, existieron y tengo fotos” reveló.
El general Cattáneo desde su domicilio y acompañado por uno de sus abogados defensores pidió hacer uso de la palabra. La querella protestó diciendo que se había convenido en que los imputados no pudiesen interrogar, a lo que  Jiménez Montilla respondió que se trataba de un testigo ofrecido por la defensa y que no hacía lugar por lo tanto al reclamo.
Cattáneo desde su silla de ruedas  y con su mochila de oxígeno pero con mucha firmeza saludó a Carlos Acuña para preguntarle luego si el decreto firmado por María Estela Martínez de Perón ordenando “aniquilar al enemigo” era una declaración de guerra, respondió que si, que era una orden clara y precisa.
Cattáneo consultó luego: “Las  tropas, las fuerzas de seguridad, los militares que realizaban maniobras, ¿atacaban a la población civil ó quien las atacaba”?
He investigado muchísimo al respecto, respondió Acuña, y puedo asegurar que fueron los terroristas los que atacaron a los civiles para amedrentarlos e intentar convertirlos en informantes. Los militares en cambio dijo Acuña actuaban en defensa de los ciudadanos y puso como ejemplo “la batalla de Manchalá”
“¿A su criterio quien cometió crímenes de lesa humanidad?” dijo el general pero el Tribunal respondió que esa pregunta no correspondía con lo que Cattáneo dio por terminada su intervención.
Luego fue el turno del Doctor Ezequiel Ávila Gallo (h) quien le preguntó si conocía alguna organización deniminada “OLAS”. Con precisión Acuña respondió que tenía base en Cuba pero que tenía representación  en tres continentes.  Tenía como objetivo el cono sur, dijo el periodista y en especial en Argentina.
Ávila Gallo le consultó si participaban en la misma ciudadanos argentinos, “Sí, desde 1964 y comandados por Santucho viajaban contingentes a formarse ideológica y militarmente” sostuvo.
Avila Gallo lo remontó luego a lo declarado en referencia al grupo guerrillero que se había instalado en Orán (salta) preguntándole si recuerda un argentino de nombre Mascetti. Acuña manifestó tener pleno conocimento de esta persona que si estaba dentro de ese grupo terrorista y que escribió un interesante libro en el que cuenta su experiencia en el ERP.  Mascetti dejó un hijo en Cuba, sostuvo, que luego se casó con la hija de un prestigioso general cubano y que trabajó mucho tiempo para los servicios de Inteligencia de la Havana. Luego desertó dijo y vino a la Argentina en donde fue amparado.
Uno de los integrantes del Tribunal, el Doctor Casas quiso preguntar diciéndole que no lo consideraba un testigo de causa sino más bien un estudioso.
Casas le dijo: Señor Acuña, acá un militar dijo en su testimonio que las fuerzas guerrilleras no tenían dimensión suficiente para resistir una guerra con las FFAA…
Con fuerza Acuña se acomodó en la silla y dijo “si hubiesen tenido fuerza suficiente y paralelamente hubiesen encontrado incapacidad profesional en las fuerzas militares, de seguridad y policiales entonces hubiesen vencido, pero encontraron todo lo contrario señor.”
Casas continuó: “usted considera que hubo una guerra, los bandos cumplieron con los pactos de Ginebra?”
Las FFAA si, dentro de los límites posibles, los otros no, respondió tajante pero aclaró que era una guerra nueva, que la guerrilla del siglo XX fue diferente.
Casas pregunta: Usted sabe que muchos consideran que los delitos cometidos por las FFAA son de lesa humanidad. ¿Considera que los actos de la guerrilla son de lesa humanidad”. Efectivamente señor.
Casas: Los crímenes de guerra, son delito de lesa humanidad?
No lo sé señor, no soy abogado. Son delitos de guerra dijo tranquilamente.
El abogado de Menéndez, Horacio Guerineau le solicita al testigo una reflexión final:
“Mi investigación literaria, dice Acuña, me permite sacar como conclusión que la historia se repite y que hoy existe terrorismo en contra de quienes defendieron a la Patria y lucharon contra el enemigo de la República”. La perspectiva que se abre en Argentina es dolorosa, aseveró. La esencia del derecho está rota, se incorporan elementos ideológicos que deforman la realidad dice Acuña.
Fue el turno del Fiscal Alfredo Terraff:
Habló con el vozarrón que lo caracteriza y dijo: señor Acuña, en su exposición usted dijo que hubo una guerra intencional realizada en nuestro territorio. Dijo también que nuestras FFAA lucharon contra una invasión externa y que hubo guerra. Dijo además que el decreto de la Presidente María Estela de Perón era una declaración de guerra y que había que aniquilar al enemigo y finalmente dijo que el terrorismo atacaba a la población civil para amedrentarlo y convertirlo en enemigo. Le pregunto: ¿qué opina del robo de bebes?
Acuña le dice antes de responder “celebro la exactitud de su resumen señor fiscal”. Respecto al robo de bebés al que suele agregársele la palabra “sistemático”, ha sido demostrado que no ha habido apropiación ilegal de niños y sólo se conocen 8 casos que fueron una demostración de amor” porque les brindaron un  nombre, una familia, amor y les abrieron las puertas al mundo” sostuvo mientras los presentes se miraban indignados. Y en cambio sostuvo que hubo guerrilleros que con sus hijos en brazos portaban armas y fusiles. Fue esta sin dudas la respuesta que más irritó tanto público como a los abogados presentes y con la que titularon casi todos los medios en la provincia.
Hablando de amor, le dice el Fiscal con ironía, ¿Qué opina de las probadas judicialmente violaciones a mujeres en centros clandestinos?
No las conozco, respondió Acuña…si me muestra las pruebas…si hubiesen existido me parecería absolutamente reprobable, pero no se me escapa que en ambos bandos hubo civiles que cometieron excesos.
Yo voy a disentir con Casas dice terraff, ya que usted para mí no es “Amicus Curiae” ( que literalmente significa amigos del tribunal) sino un testigo de causa.
“No le entiendo” responde el testigo y Terraff contesta “ y yo no entiendo tantas cosas de las que dice usted”….y prosigue
Usted dijo que por la formación de militares y policías no cree que ellos hayan cometido los hechos de que se los acusa, como se explica entonces que Bussi y Menéndez hayan sido condenados por este mismo Tribunal a cadena perpetua por torturas y desaparición de personas?
“Ni Bussi ni Menéndez han torturado ni secuestrado, ahora si alguien lo hizo debe ser condenado. Si no hay ley que no haya delito, pero un comandante no puede ser condenado por algo que hizo un subalterno sin su conocimiento respondió”
Acuña y qué opina de privaciones ilegítimas de la libertad sin orden judicial y violaciones a la noche?
Responde rápidamente Acuña: “¡Y usted qué opina de personas que han sido secuestradas y escondidas en cárceles del pueblo?, ¿qué opina del asesinato de algún empresario ocurrido acá en Tucumán cuando bajaba de un avión?. Me gustaría que me conteste señor…..nooo, acá el que debe contestar es usted?
Y qué opina de las violaciones a domicilios sin orden judicial señor Acuña?, otra vez responde el testigo ¿Qué opina usted….?. Que es un impertinente!!!! Contesta Terraff fuera de si.
Con total tranquilidad entonces Acuña contesta “Opino que acá hubo una guerra y que las FFAA debieron adecuarse para enfrentarla.
No hubo guerra!!! Hubo genocidio como dicen los carteles del  público grita Terraff
Otra vez sin levantar el tono de su voz Acuña le dice “eso no existió en Argentina”.
A ésta altura la temperatura dentro de la Sala subía al compás de las respuestas y todo parecía una olla en ebullición….no habían ya inconductas en el público pero si cuchicheos en cada rincón, los periodistas apostaban a diferentes finales, los querellantes hablaban por lo bajo, los defensores parecían complacidos, el Tribunal observaba sin perder jamás la compostura….el testigo Carlos Manuel Acuña en tanto, muy seguro y dueño de un absoluto dominio de sus sentimientos, quizás por saber que sus respuestas estaban fundamentadas en sus libros producto de profundas investigaciones seguía sentado como si nada pudiera alterarlo.
Laura Figueroa pidió la palabra y dijo que para esa defensa el testigo no reunía las características de “Amicus Curiae“, acá el testigo afirmó con la vehemencia que la caracteriza, es el mejor defensor que he visto y en tal sentido no puede ser un testigo sostuvo. Creo que Acuña ha cometido varios delitos en esta audiencia, agregóy que debe ser interrogado por un fiscal. Por eso no haré preguntas. Los otros querellantes se sumaron a lo dicho por Figueroa y pidieron la investigación del testigo por haber incurrido en “apología del delito” y “falso testimonio”. Además criticaron al testigo por haber dicho “injurias contra ese tribunal al decir que la sentencia a Bussi y Menéndez en 2008 fue un disparate”. Bernardo Lobo Bugeau a su vez desdobló su papel y habló como integrante de la secretaría de DDHH de la Nación y como querellante de la familia Ramos después.
Para concluir Alfredo Terraff con voz severa dijo:
Señor Presidente, en mi carácter de representante del Ministerio Público Fiscal y cumpliendo con mi deber  solicito al Tribunal se ordene la inmediata detención del testigo por delito cometido según artículo 213 del Código Procesal Penal de la Nación al haber afirmado “que las apropiaciones ilegitimas de bebés, fueron actos de humanidad y por haber tildado de disparate el fallo de este alto Tribunal. Por lo tanto le reitero que ordenen la inmediata detención del testigo y se lo ponga a disposición del juez competente.
El Presidente del tribunal pidió un cuarto intermedio de 15 minutos. En ése tiempo hubo todo tipo de conjeturas y movimientos, fotógrafos que se alistaban, familiares de Menéndez preocupados, conversaciones y rumores acá y allá.
Finalmente el Tribunal ingresó en la Sala. Carlos Manuel Acuña permanecía impávido como si nada alterara su tranquilidad. Hasta alguien llegó a decir que acaso la detención hubiese sido favorable para muchos, pues se pondría en evidencia la intolerancia y persecución antes quienes piensan diferente.
Mariano García Zavalía dijo entonces: Este Tribunal resuelve, por entender que no existen elementos suficientes para justificar que el testigo haya cometido delito en sus declaraciones, no hacer lugar al pedido del señor Fiscal.
Jiménez Montilla dijo con voz seca: Queda usted desocupado. Acuña contestó amablemente  “Muchas gracias señores” y se levantó pausadamente sin que nadie osara en la Sala un insulto o agravio.
Lo cierto es que las declaraciones de este testigo, el primero por parte de alguno de los imputados, habló durante casi 4 horas en la mañana de ayer con libertad ya que el Tribunal Oral Federal dio muestras en cada oportunidad posible de que exigiría respeto hacia él como hacia todos los testigos que se presenten en este mega juicio como le dicen. Las declaraciones de Carlos Manuel Acuña fueron firmes, seguras, fundamentadas. Pueden haber gustado o no y tendrán seguramente diferentes interpretaciones. Es muy posible que lo que yo entendí no coincida en absoluto con algunas crónicas de otros medios. Pero eso hace a la libertad de  prensa, de expresión y hasta de sentimiento y por eso hay que rescatarlo.
Hubo, como siempre sucede, sentimientos encontrados. Algunos se fueron molestísimos, otros acongojados y los menos altamente satisfechos con la exposición de este testigo que cuanto menos, es una persona capacitada en el tema y que ha investigado durante años desde el periodismo y después como historiador.
Pero la sensación final es de que por fin alguien se animó a contar, sin pelos en la lengua y sin intereses políticos o militares de por medio, esa parte de la historia que hacen 34 años nos pretenden ocultar. Repetimos, puede gustar o no, uno puede sentirse más o menos representado o identificado con lo dicho por este experimentado periodista pero ésa es la historia y hay que transmitirla para que el día de mañana cada joven pueda formar su opinión libre de censuras y/o imposiciones. A la historia la hacen “los malos y los buenos”, la componen todos los que de una manera u otra han sido protagonistas de hechos relevantes y que se conozca TODA la verdad es lo que todos, desde donde nos toque, debemos procurar.
Acuña salió airoso, caminando sin custodia alguna, convencido de haber dicho su verdad. El tribunal tuvo un gran equilibrio a la hora de tomar decisiones y de hacer respetar al testigo, más allá de cualquier ideología o presión que por ahí se sospeche que puedan tener.
La gente salió conforme o enojada, no importa, pero en ningún momento hubo agravios entre el poco público ni entre los abogados de una u otra parte.
Para mí al menos, eso sí es un triunfo y es una demostración de madurez.
Dios quiera que no me equivoque y ojalá empecemos a comprender de una vez que es hora de terminar con las diferencias, las acusaciones cruzadas, la intolerancia y el autoritarismo. Cada uno puede pensar como quiera o tener la ideología o el credo que prefiera, pero eso no nos hace mejor ni peor persona. Si en cambio el ser respetuosos, pacíficos, comprensivos y tolerantes nos hará diferentes y nos ayudará a todos a poder perdonar.

domingo, octubre 13, 2013

MORIR DE ….PRISIÓN


Por Fernando Esteva*
“La muerte causa menos dolor que la espera de la muerte”(Ovidio)
  
La edad promedio que registra toda esa población carcelaria supera los 71 años, aunque un número muy significativo de sus integrantes cuenta con 80 y más años. Es decir que estamos hablando, mal que les pese a casi todos ellos, de un grupo de “ancianos” sometidos a prisión.

Un panorama similar puede observarse en los centros de detención de Tucumán, Mendoza, San Juan, Formosa, Rosario y Bahía Blanca, para nombrar solamente los que para ser adecuadamente atendidos, tal como se lo hace -casi indefectiblemente- cuando se trata de delincuentes comunes que, como se sabe, son muchos miles en todo nuestro territorio. Por aplicación de las normas legales vigentes, cuando este tipo de vulgares malhechores cumplen en prisión 70 años de edad automáticamente pasan a concluir la pena que se les ha impuesto en su domicilio, al punto que en todo el país no son más de 5 los casos en que ese beneficio se ha denegado. Nos ha asegurado un Juez del Crimen de una de las Cámaras de Apelación de la provincia de Entre Ríos que en esa jurisdicción no existe ningún procesado o condenado por delitos comunes que supere la referida edad. Otro tanto ocurre en los demás estados provinciales argentinos.

En rigor, esa población añosa y enferma debería tener prisión domiciliaria. Estamos refiriéndonos a los presos políticos llamados “de lesa humanidad”, que se encuentran detenidos desde hace muchos años en cárceles de todo el país. Se trata, en principio, de ex – integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad procesados,  condenados o meramente arrestados en virtud de prisiones preventivas decretadas hace años que se mantienen irregularmente hasta hoy. Aunque en menor cantidad, también hay civiles en similares situaciones.

Según el estudioefectuado por médicos de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia respecto de la población carcelaria alojada en los institutos penales de Ezeiza y Marcos Paz, provincia de Buenos Aires, presentado oportunamente al Ministro de Justicia Alak, el 55% de los presos políticos sufre enfermedades coronarias, el 55% registra hipertensión arterial, el 29% padece de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el 23% ha sufrido accidentes cerebro-vasculares, el 19% tiene diabetes y, en su mayoría, presenta también uno o más factores de riesgo cardiovascular. Además, en la cárcel de Marcos Paz, donde se alojan unos 250 detenidos, hay al menos 74 pacientes cuyos tratamientos han sido suspendidos. Entre ellos: 21 enfermos urológicos (3 con cáncer de próstata diagnosticado), 20 con cardiopatías predominantemente coronarias, 9 enfermos diabéticos que requieren control, 9 con afecciones ortopédicas o traumatológicas sin rehabilitación adecuada, 3 con afecciones psiquiátricas, 2 enfermos neurológicos que no se rehabilitan y 10 con afecciones varias entre las que predominan las respiratorias. Si bien las enumeradas son las enfermedades principales, cabe señalar que ellas se acompañan por una o más co-morbilidades en la casi totalidad de los casos.

Ahora bien, ¿qué servicios médico asistenciales les brinda el Estado Nacional a dichos presos? Ninguno o casi ninguno. El denominado “Hospital de Ezeiza” es una sucesión de habitaciones vacías que sólo tiene de establecimiento sanitario los carteles de las puertas. Y la infradotada enfermería de la prisión de Marcos Paz carece del más mínimo equipamiento como para resolver preventivamente cualquier complicación. Las patologías antes mencionadas provocan frecuentemente situaciones de urgencia que requieren rápido diagnóstico y eficaz evacuación a centros de suficiente complejidad, pero ante ello el único recurso del que disponen los referidos penales es el hospital municipal de Marcos Paz, carente de ella. Más aún, el sistema no cuenta con, ni hace funcionar, los debidos elementos de traslado y sólo excepcionalmente –luego de 24 y hasta 48 horas de consultas entre jueces, médicos y directivos del Servicio Penitenciario- se obtiene autorización para transportar a los enfermos a los hospitales de complejidad adecuada propios de las armas en las que han servido militares o policías.

¿Y los civiles? Que Dios se apiade de ellos.

Por ejemplo un gendarme prisionero en una cárcel de Formosa murió como consecuencia de un cuadro de hiperglucemia. Horas antes su hija, enterada del gravísimo estado de su padre, se constituyó en la cárcel con las dosis de insulina que faltaban en el servicio sanitario de la prisión, pero pese a sus ruegos y reclamos se le impidió entregarlas aduciendo falta de autorización judicial, lo que obviamente condujo a que la crisis diabética del gendarme desembocara en su muerte. Además y como se sabe, pese al ocultamiento oficial y a la reticencia de la casi totalidad de los medios de comunicación, después de un accidente intracarcelario, el general Jorge Rafael Videla, de 87 años, murió absolutamente desatendido y desangrándose en un inodoro de la prisión de Marcos Paz. Mientras tanto y por los mismos días, los jueces del Tribunal Oral Federal Nº 1 de La Plata, integrado por Carlos A. ROZANSKI, Mario A. PORTELA y Roberto A. FALCONE, no sólo le negaron al general Ibérico Saint Jean su traslado al Hospital Militar Central para que, pese al estado de semi-inconsciencia en que se encontraba, fuera atendido del cáncer terminal de próstata y de la enfermedad de Alzheimer que padecía, sino que, una vez internado allí por disposición de una valiente jefa de guardia del Hospital Municipal de Ezeiza que se negó a cumplir la inicua, arbitraria y perversa orden judicial, se constituyeron al pie de la cama de dicho anciano (de 91 años) con la pretensión de tomarle declaración indagatoria y detenerlo con relación a un nuevo proceso que se le había abierto. Por obvias razones ninguna de esas diligencias pudo cumplirse y el aludido general murió muy pocos días después también víctima del abandono oficial.

Los funcionarios, jueces y médicos que integran el actual aparato represor del Estado Nacional. Más tarde o más temprano muchos de ellos tendrán que dar cuenta de sus actos y omisiones a la Justicia (cuando sea restaurada), a la Historia y a Dios. Porque, en definitiva, podrá tenerse el juicio que se quiera respecto del desempeño de quienes hace más de cuarenta años reprimieron a la subversión marxista que había elegido el camino del terrorismo político e iniciado la lucha armada en el país, pero lo que no se les puede negar a esos ancianos es idéntico trato al que reciben, por las razones de edad señaladas, los más peligrosos criminales que cumplen condena en la Argentina. Más allá de la justicia o arbitrariedad de los fallos que se les imponen, la cruel verdad es que antes de ello ya se les aplica una especial e inhumana condena: MORIR DE… PRISIÓN.

*El Dr. Fernando Esteva es abogado miembro de la Asociación Civil Abogados por la Justicia y la Concordia.

martes, octubre 08, 2013

Dra. María Laura Olea. Hija de preso político.

                              ENLACE AL VIDEO DE LA DRA. MARÍA LAURA OLEA

La Dra. María Laura Olea, secretaria de la Cámara de Casación de Capital Federal, fue puesta ante la disyuntiva de defender a su padre, preso político, o continuar con su carrera jurídica. Sin ningún fundamento jurídico losjueces cobardes y prevaricadores le prohibieron defender a su padre durante el uso de su legítima licencia.
Honrando su amor de hija renunció.
Excelente profesional, excelente hija, excelente persona. 

Las sentidas palabras de Ale Palomo, hijo de Preso Político

                                           IR A ENLACE DE VIDEO.






HIJOS Y NIETOS DE PRESOS POLITICOS FRENTE A TRIBUNALES


Marcha del 7 de octubre de 2013 reclamando por Justicia y atención médica para los presos políticos.

domingo, octubre 06, 2013

DE ESO NO SE HABLA. Programa de radio.



EN ESTE PROGRAMA FUE NUESTRO INVITADO EL LICENCIADO Y EX CAPITAN GUSTAVO BREIDE OBEID ACTULMENTE CANDIDATO A DIPUTADO POR EL PARTIDO POPULAR DE LA RECONSTRUCCION


Programa emitido todos los viernes de 19 a 20 hs por radio A.M Identidad en el 1300 MHZ
También pueden comunicarse con nosotros por distintos medios.

ü            Teléfonos

Fijo: 4856-8819.
Celular: 011 15 6022 3081.

ü            Mail: de_eso_no_se_habla@hotmail.com

ü            Para seguir por Internet nuestro programa


Amigos de UPPRA - www.ivoox.com

ü              También pueden sintonizar nuestro programa ingresando a la Página WEB de la Unión de Promociones www.uniondepromociones.info en el Portal de Multimedia (“De Eso No Se Habla”) haciendo click directamente en el LinkEscuchar en Vivo”.

sábado, octubre 05, 2013

CARTA DEL SR. JAIME SMART.



A mi querida familia y a mis muy estimados amigos:

Los formidables jóvenes que integran la agrupación de "hijos y nietos de presos políticos" convocan a una concentración el próximo lunes 7 de octubre a las 11 hs. en las escalinatas del Palacio de Justicia, Talcahuano 550 de Capital, con el objeto de señalarle a nuestra Corte Suprema de Justicia la continua violación de los principios de Justicia que a diario se cometen contra los presos políticos al amparo de sus inicuas sentencias motorizadas por el gobierno kirchnerista. 
Como muchos de uds. me preguntan constantemente que pueden hacer por mí, ahora les contesto: hagan lo indecible para que concurra el mayor número de personas. Mejor ayuda no me pueden dar.
Un fuerte abrazo a todos y un anticipado agradecimiento, 

Jimmy