viernes, marzo 30, 2012

UN DISCURSO QUE DEBIA SER PRONUNCIADO

...Y QUE DEBERÍA SER ESCUCHADO HASTA EL FINAL


               


                                          SEGUNDA PARTE.

miércoles, marzo 28, 2012

EL CIRKO DE NEUQUEN Y LOS "JOVENES IDEALISTAS"

Desde hace unos días, se reinició el juicio-cirko de Neuquén con sus consabidos cánticos y banderas.
Al ya acostumbrado "Aparición con vida de Jorge Julio López", se sumaron dos carteles más, por si a alguien le cabe alguna duda sobre la naturaleza de los juicios de "lesa" humanidad. Entre las alegadas "víctimas" surgen las banderas de ERP y MONTONEROS.
Una imagen puede más que mil palabras.
La foto la sacó el hijo de un preso político desde el edificio en el que se desarrolla el cirko, con las ventanas semientornadas por si a algún joven idealista se le ocurre embocar una piedra sobre la Justicia.

jueves, marzo 22, 2012

EXPOSICIÓN ANTE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN

                                                                                       Buenos Aires, 21 de marzo de 2012.-


PONENCIA ANTE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION.
TEMA: DELIMITAR LA FIGURA DEL AMICUS CURIAE.
EXPONEN: Dr. Oscar Gustavo IGOUNET y Dra. Celia Andrea PALOMAS ALARCON en representación de la Asociación Civil Abogados por la Justicia y la Concordia.


Sr. Presidente de la CSJN
Dr. Ricardo Luis Lorenzetti:

     I.- La figura del AMICUS CURIAE no es nueva ni desconocida en nuestro derecho. Son varios los casos en los que distintas personas y Asociaciones se han presentado ante un tribunal de nuestro país, exhibiendo la calidad de AMICUS CURIAE, aunque la legislación no lo ha delimitado acabadamente.
     El instituto encuentra su origen en el derecho romano y su participación ha ido mutando hasta el perfil que hoy presenta.
     Si bien el derecho positivo poco y nada ha contribuido a delimitar la figura del AMICUS encuentra su sustento en nuestra Constitución Nacional en los art. 14 (derecho a peticionar a las autoridades), 18 (debido proceso, 33 (derechos y garantías implícitos) 28 (prohibición de toda limitación irrazonable al ejercicio de los derechos), etc.

     En el ámbito de la Justicia, el AMICUS CURIAE es el ejercicio más puro de la libertad de expresión que no debe ser censurada ni limitada por el Estado ya que como reza la Declaración de Principios de la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: “la libertad de expresión no es una concesión de los Estados, sino un derecho fundamental”.
     Asimismo, el derecho de peticionar ante las autoridades es el origen y motor de nuestra nacionalidad nacido con la Revolución de Mayo.
     Intentar delimitar el alcance de su competencia es, de alguna manera, ir contra derechos básicos reconocidos por nuestra sociedad.

     II.- DEFINICIÓN- ELEMENTOS QUE COMPONEN EL AMICUS CURIAE.
     Pero qué es un “Amigo del Tribunal”?
     Para reflexionar sobre la necesidad o no de delimitar el instituto es capital comenzar por definirlo.
     Todos los autores acuerdan que el AMICUS CURIAE es un tercero, ajeno a las partes en litigio pero que ostenta un justificado interés en el modo en que éste se resolverá.
     Numerosas definiciones proclaman que es un individuo o grupo de individuos que se acercan al tribunal para ofrecer su opinión, su sapiencia, su investigación. Su accionar no devenga honorarios y su opinión no es vinculante para el Juez.
     Originalmente su participación  se encaminaba a ayudar el Juez, neutralmente, acercándole información en una cuestión debatible. Es común, en Estados Unidos, que un abogado se presente ante el tribunal en calidad de AMICUS CURIAE para aportarle al juez la información de algún precedente que éste desconoce o no tiene en cuenta.
     En la actualidad, el AMICUS tiene un significado distinto del tradicional, debe identificar a la parte que apoyará en el juicio, para ello necesita el consentimiento de las partes litigantes o, en su defecto, el del tribunal.
     Actualmente no se le pide neutralidad aunque sí una inteligente contribución sobre los problemas planteados por el caso, su repercusión respecto de terceros y demás integrantes de la comunidad.

         III.- DERECHO COMPARADO. TESIS RESTRINGIDA.
         El derecho anglosajón lo ha regulado de una manera más restringida que el nuestro, así es que en Canadá se encuentra en la “rule 18”; La Orden IV par I de las Reglas de la Suprema Corte de India; en la “rule 81” de la High Court de Nueva Zelanda. Australia lo define en el precedente “Lange v ABC” (5106/116); Estados Unidos lo referencia en las reglas 21.25, 21.4, 29.6, 44,4 y fundamentalmente en la 37.
         La Regla 37 de “Reglas de la Suprema Corte de los Estados Unidos” regula una serie de pasos procesales para introducir el escrito del AMICUS CURIAE. Es esta regulación estricta y restringida, al punto que sólo permite la calidad de AMICUS a personas autorizadas para ejercer el derecho en el circuito.
         En determinados momentos procesales previstos por la regla 37 el AMICUS puede presentar su escrito con la autorización de todas las partes involucradas. Cuando alguna parte no lo autoriza, sólo puede participar con un permiso especial del Tribunal.
          Esta regla –la 37- introduce un novedoso concepto: en algunos casos el AMICUS “respalda” una postura. La regla decreta que cuando respalde la posición de una de las partes requiere el consentimiento de ésta.

          IV.- POSICIÓN POLITICA DEL AMICUS CURIAE
         A esta altura sumamos un nuevo elemento a la definición y es que el AMICUS tiene una posición tomada dentro del proceso en favor o en contra de alguna de las partes o posiciones en disputa. El AMICUS CURIAE no es una persona o personas asépticas carentes de opinión, que describen los hechos que observan sin entenderlos o sin interpretarlos.
         Siendo que El AMICUS CURIAE carece (o debería carecer) de un interés personal dentro del proceso, su posición es una defensa política y será fiel al Tribunal en tanto su posición política preserve la lealtad intelectual. Su calidad de “amigo” del tribunal estará dada por la fidelidad de su desempeño.   
         En el mismo sentido, esa fidelidad al tribunal o al desempeño del proceso, también estará garantizada en tanto el AMICUS no ejerza una posición de privilegio o dominante.
         LA FIGURA DEL AMICUS CURIAE NO DEBE DESEMPEÑARSE PARA HACER LOBBY O PARA EJERCER PRESION POLITICA SOBRE LOS JUECES.

         No es de extrañar que en nuestro país, las pocas pero resonantes actuaciones de AMICI CURAE han tenido por objeto presionar políticamente a los tribunales.
         Con sólo mencionar algunos de los casos en que la figura ha sido presentada y aceptada, la tendencia surge con transparencia.
         a) Caso Astiz. Ante el Juzgado de la Dra. María Romilda Servini de Cubría se presentó el Sr. Adolfo Perez Esquivel en calidad de AMICUS CURIAE para discurrir sobre la necesidad de extraditar al Capitán Alfredo Astiz a Italia.
         b) Causa 761 “ESMA”. Se presentaron las Asociaciones Human Right Watch y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) en calidad de AMICUS CURIAE. La Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal les aceptó esa calidad. Recorriendo la historia del instituto, la Cámara reconoció que “si bien de inicio su función estaba enderezada a colaborar neutralmente con el tribunal, en tiempos más recientes ha abandonado definitivamente esa imparcialidad, transformándose en una especie de interventor interesado y comprometido”. El tribunal entendió que ese interés y compromiso estaban en el caso directamente relacionados con la necesidad de realizar aportes que pudieran contribuir a la resolución definitiva de todo lo concerniente al destino final de los desaparecidos.
         c) Caso “Simón, Julio; Del Cerro, Juan s/ sustracción de menores de diez años”. Se presentaron Aministía Internacional, Comisión Internacional de Juristas y Human  Right Watch sometieron a consideración el memorial en condición de AMICUS CURIAE sobre la incompatibilidad de las leyes 23.492 de 12/12/86 y 23521 del 4/6/87 de la República Argentina con el Derecho Internacional y, en particular, con la obligación de la Argentina de enjuiciar y sancionar a los supuestos autores de los alegados delitos de lesa humanidad.

         En un proceso con múltiples partes, como los que han dado en llamarse de “lesa humanidad” en donde el imputado o procesado se enfrenta a gran cantidad de querellantes, el AMICUS CURIAE no puede ser un nuevo querellante que desnivele, una vez más, la igualdad de las partes en el proceso.
         Así como la ley 26550, art. 1 establece que cualquier Asociación o fundación pueda constituirse en querellante en procesos de “lesa humanidad” con la sola mención de este reconocimiento en sus estatutos, sin invocar ninguna otra circunstancia y sin límite de cantidad de individuos por proceso, la figura del AMICUS CURIAE no puede ser utilizada en estos mismos términos, para desbalancear el proceso, como factor de poder en contra del derecho de defensa. En realidad, estos querellantes no son más que AMICCI CURIAE con reconocimiento legal para intervenir, por una sola de las partes involucrada, la acusadora.
         Los tribunales que persiguen los mal llamados delitos de lesa humanidad han permitido con este nuevo artículo 82 bis del Código Procesal Penal de la Nación, que hasta la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación se presente como querellante, alegando la defensa de la posición del Estado Nacional, cuando esta defensa surge de la Constitución Nacional y está desempeñada por el Procurador General de la Nación, en la persona de los distintos fiscales.
    
         V.- EPILOGO.
         La figura del AMICUS CURIAE tiene mucho que aportar en muchos tipos de procesos, particularmente los de incidencia colectiva o donde se debaten temas de interés público que se verían limitados a las partes si su intervención fuera restringida pero de ninguna manera debe permitirse ni promoverse que se desnaturalice el instituto para convertirlo en herramienta de coacción, coerción o presión política, menos aun en procesos penales en los que ya hemos comprobado como el individuo y sus derechos sucumben ante la magnitud de medios económicos y políticos de los querellantes, fiscales y falsos AMICUS CURIAE tornando ilusorio los derechos de defensa, debido proceso e igualdad ante la ley.
        Para terminar, es bueno recordar las palabras de Julio B. J. Maier respecto del desbalanceo de fuerzas en el proceso penal cuando se admiten querellantes particulares. Lo mismo ocurriría con el AMICUS CURIAE si su participación apunta a defender una posición política en contra del imputado “El único argumento racional para no tolerar la intromisión de la  víctima en el procedimiento se vincula a la posición en él del imputado, debilitado por la incorporación de un nuevo acusador, cuando no de varios..Este es un argumento de peso, pues en la situación ideal para la crítica, un imputado ve frente a sí, ocupándose de su persecución, a varios acusadores…Ya la intervención como acusador de un órgano estatal, la fiscalía, auxiliada por la policía, oficios ambos organizados  entrenados para perseguir penalmente, desbalancea las posiciones de los intervinientes…y conforme a ello, son necesarias previsiones legales especiales para equilibrar, al menos jurídicamente, la balanza. ……el problema es real y existe, aún sin la intervención del ofendido en el procedimiento….la intervención posible del ofendido magnifica un problema ya existente.”
     Agrega el sobresaliente autor que “Si admitimos la participación del ofendido en el procedimiento penal oficial y, además tenemos en cuenta que la desigualdad teórica del imputado en ese procedimiento no proviene de la intervención de la víctima, sino de la persecución penal oficial, concordaremos en afirmar que, para evitar otras fuentes de desigualdad, sólo necesitamos evitar los excesos. Uno de estos excesos se produce por la intervención de varios ofendidos en procedimiento. He allí el remedio de la unificación procesal de los litisconsortes, bajo una única representación, para evitar la sobrecarga de acusadores contra el imputado”.
Resta aún hallar remedio a la situación concreta de desventaja para el imputado respecto de la defensa técnica, cuando se enfrente a un acusador privado, poderoso en medios” (Derecho Procesal Penal – Parte General- sujetos Procesales- Editores del Puerto- pág.608/614).

La Cámara Federal en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal ha dicho respecto del AMICUS CURIAE “si bien de inicio su función estaba enderezada a colaborar neutralmente con el tribunal, en tiempos más recientes ha abandonado definitivamente esa imparcialidad, transformándose en una especie de interventor interesado y comprometido”. Va de suyo que en el proceso penal, al menos en contra del imputado, no deberían aceptarse estas intervenciones en tanto constituyen una desigualdad material que lo pone en estado cierto de indefensión.


        


Bibliografía consultada.
*Alegato Causa Nº 1270. Profesor Dr. Alfredo A. A. Solari
*Bazán, Victor. “El amicus curiae, su incidencia en el debate judicial y la discusión acerda de la necesidad de inerpositio legislatoris para su admisibilidad”. J.A. Bs. As. Vol 2003-II pág 997 a 1019.
*Pagés Llorens, Roberto M. El amicus curiae en la Corte Suprema. Suplemento de la Corte Suprema de Justicia. J.A. Bs. As. Vol 2004-III 1253 a 1259.
*Juveris, Eduardo Pablo. Apostilla acerca del “Amicus Curiae. Los Jueces del tercer milenio y sus “nuevos amigos” ED, Bs. As. Vol 2003 p. 703 a 710
*Bazán, Victor. Amicus Curiae. Suplemento 7-8-2009 LL. Vol 2009-D p. 1325 a 1337.
*Capuano Tomez, Carola. El amicus curiae. Suplemento 7-9-2005 LL Vol 2005-E p. 1061 a 1065
*Pagés Lloveras, Roberto. El amicus curiae. J.A. Vol 2004-I p- 803 a 809

sábado, marzo 17, 2012

OTRO HEROE DE MALVINAS, PRESO POLITICO DEL KIRCHNERISMO

Sumado a Horacio LOSITO, ahora el Contralmirante Carlos Büsser se encuentra prisionero del Régimen Kirchnerista. Esta gente habla de Malvinas por un lado pero encarcela a quienes sirvieron a la Patria. Dónde estaban Nestor Kirchner y Cristina Fernández cuando estos hombres arriesgaban la vida por las Malvinas?

martes, marzo 13, 2012

CARTA DE UNA MONJA VIOLADA

«Soy Lucía Vetruse, una de las novicias violadas por las milicias serbias. Le escribo sobre lo que me ha acaecido a mí y a las hermanas Tatiana y Sendria. Permítame que no le dé detalles. Ha sido una experiencia atroz que no se puede comunicar más que a Dios, a cuya voluntad me entregué cuando me consagré a Él con los tres votos».

«Mi drama no es sólo la humillación que he sufrido como mujer, ni la ofensa irreparable hecha a mi opción existencial y vocacional; sino la dificultad de insertar en mi fe un acontecimiento que ciertamente forma parte de la misteriosa voluntad permisiva de Aquel a quien yo continuo considerando mi Esposo divino.

Había leído pocos días antes los Diálogos de carmelitas, de Bernanos, y me había surgido       | espontáneamente pedir al Señor morir mártir. Él me ha tomado la palabra, pero, ¡de qué manera! Me encuentro ahora en una angustiosa oscuridad interior. Ellos han destruido mi proyecto de vida –que yo consideraba definitivo- y me han trazado de improviso otro nuevo que aiin no acierto a descubrir.

Le escribo, Madre, no para recibir su consuelo, sino para que me ayude a dar gracias a Dios por haberme asociado a millares de compatriotas mías –ofendidas-y a aceptar la maternidad no deseada.. Mi humillación se suma a las de las demás, y sólo puedo ya ofrecerla por la expiación de los pecados cometidos por los anónimos violadores y por la paz entre las dos etnias opuestas, aceptando la deshonra sufrida y entregándola a la piedad de Dios.

No se asombre de que le pida compartir conmigo una gracia que pudiera parecer absurda. He llorado en estos meses todas mis lágrimas por mis dos hermanos, asesinados por los mismos agresores que van aterrorizando nuestras ciudades. Pensé que ya no podría sufrir muchas cosas más: nunca creí que el dolor pudiera alcanzar tales dimensiones.

A la puerta de nuestros conventos, llamaban cada día centenares de criaturas famélicas, con la desesperación en sus ojos. La semana pasada, una joven de dieciocho años me había dicho: “Afortunada, usted, que ha escogido un sido donde la milicia no puede entrar”; y añadió: “Usted no sabe qué es la deshonra”. Lo pensé despacio y vi que se trataba del dolor de mi gente; y casi sentí vergüenza al estar excluida de su entorno. Ahora soy una de ellas –una de tantas mujeres anónimas de mi pueblo, con el cuerpo destrozado y el alma saqueada-. El Señor me ha admitido al misterio de la vergüenza; es más: a esta hermana suya, le ha concedido el privilegio de comprender hasta el fondo la fuerza diabólica del mal.

Sé que, de hoy en adelante, las palabras de valor y consuelo que trataré de sacar de mi pobre corazón serán de verdad creídas por la gente, porque mi historia es la suya, y mi resignación, sostenida por la fe, podrá servir, si no de ejemplo, al menos de confrontación con sus reacciones morales. Todo ha pasado, Madre, pero ahora comienza todo.

En su llamada telefónica, después de decirme palabras de consuelo que le agradeceré toda la vida, me hizo usted una pregunta: “¿Qué harás de la vida que te ha sido impuesta en tu vientre?”. Sentí que mi voz temblaba al hacerme esta pregunta, que no podía ser respondida de inmediato –no porque no haya reflexionado sobre la elección que tenía que hacer, sino porque usted no quería turbar con eventuales proyectos mis decisiones.

Lo he decidido ya: si soy madre, el niño será mío y de ningún otro. Lo podría confiar a otras personas, pero él tiene derecho a mi amor de madre, aunque no haya sido deseado, querido. No se puede arrancar una planta de sus raíces. El grano que ha caído en una tierra tiene necesidad de crecer allí.

Realizaré mi vida religiosa, pero de otro modo. No pido nada a mi Congregación, que me lo ha lado ya todo. Estoy agradecida a la fraternidad de mis hermanas y a sus atenciones; sobre todo, por no haberme molestado con peticiones indiscretas.

Me iré con mi hijo. No sé adonde, pero Dios, que ha roto de improviso mi mayor alegría, me indicará el camino que tendré que seguir para cumplir su voluntad.

Seré pobre; retomaré el viejo delantal y me pondré los zuecos que usan las mujeres en los días de trabajo; e iré con mi madre a recoger resina de los pinos de nuestros grandes bosques… Haré todo lo posible por romper la cadena del odio que destruye nuestros países. Al hijo que espero. Le enseñaré solamente a amar. Mi hijo, nacido de la violencia, será testigo, a mi lado, de que la Única grandeza que honra a la persona es la del perdón».

viernes, marzo 09, 2012

DE ESO NO SE HABLA- SEGUNDO PROGRAMA.

En el día 8 de marzo a las 19 hs. se emitió el segundo programa del ciclo "De eso no se habla" con la presencia invitada del Coronel Guillermo Cesar Viola (miembro fundador de la Unión de Promociones) y la Dra. Andrea Palomas-Alarcón (miembro de la Asoc. Civil Abogados por la Justicia y la Concordia) 


Escúchelo aquí 


http://www.goear.com/listen/91a86df/de-eso-no-se-habla-08-de-marzo-de-2012-uppra


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miércoles, marzo 07, 2012

DE ESO NO SE HABLA

Mañana jueves, como todos los jueves en www.radioidentidad.com.ar 

A las 19 hs 

"DE ESO NO SE HABLA " (Programa de los presos políticos)

AM 1300 - Radio Indentidad 

para comunicarse con nosotros  4 856 8819 o  011 15 6022 3081 para dejar tu mensaje de texto

domingo, marzo 04, 2012

EN LA REVISTA ESPAÑOLA CAMBIO 16

Domingo, 4 de marzo de 2012
SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA EXCLUSIVA : JORGE RAFAEL VIDELA, EX DICTADOR ARGENTINO (1976-1981)

“No salimos a cazar pajaritos, sino al terrorismo y a los subversivos”

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Ricardo Angoso
En esta segunda entrega de la entrevista concedida en exclusiva a CAMBIO16, el exdictador, lejos de moderar sus declaraciones, persiste en mantener una visión radical de sus actuaciones al frente del país y no se arrepiente de la “caza al terrorista” que causó miles de desaparecidos.
Tras la publicación de la primera parte de esta entrevista en Cambio16, en Argentina se armó un revuelo de proporciones inimaginables. Cierta izquierda, que supuestamente dice defender los derechos humanos y los valores democrático, incluso llegó a censurar a quien suscribe estas líneas por haber entrevistado al general Jorge Rafael Videla, en un ejercicio por tratar de imponer la autocensura y el silencio acerca de los sucesos que acontecieron en Argentina en las décadas pasadas. El comienzo de la censura es el inicio del totalitarismo. Quien teme a la verdad e impone un discurso basado en el pensamiento único sin posibilidad de objetarlo está defendiendo una forma de dictadura sutil, supuestamente inocente y anclada en las ‘verdades’ oficiales aceptadas por todos; pero, en definitiva, estamos ante una nueva forma de dictadura bajo ligeros ropajes democráticos.

La crisis Argentina de la 
década de los setenta

¿Cómo juzga a la figura de Héctor Cámpora (1973)?
Los jóvenes peronistas más radicales le llaman al presidente el “tío Cámpora”, lo cual revela la afinidad entre este sector del movimiento con el presidente. Centenares de montoneros que habían perpetrado delitos y habían sido arrestados por las fuerzas de seguridad salen en libertad por decisión del presidente Cámpora. Esta gente, desde luego, no sale arrepentida ni con deseos de integrarse en el sistema democrático, sino directamente con la idea de continuar con la revolución y seguir por la vía violenta, incluso matando. Simultáneamente a estos hechos, el Congreso refrenda ese indulto y queda, digamos, legalizado de facto. Ni que decir tiene que estos jóvenes estaban armados e iban a continuar por la vía violenta su objetivo de hacer la revolución. Amnistía y olvido quedaban así refrendados. Ese fue el comienzo de los hechos que vinieron después; Perón no estaba en el país y, cuando tuvo conocimiento de los hechos, parece que no le agradaron. Estos jóvenes no actuaban de acuerdo con los principios que tenía Perón, que pasaban más por un reencuentro, un acuerdo entre todos los argentinos para solucionar los problemas, y tampoco estaban en la línea de su pensamiento. 
Este desacuerdo se confirma cuando llega Perón a Argentina y no puede aterrizar donde estaba previsto, debido a que se había desatado una batalla campal donde estaba programado aterrizar y porque los propios peronistas se habían enfrentado entre ellos por el liderazgo del movimiento; se habla de que hubo entre un centenar y dos centenares de muertos. La recepción a Perón degeneró en un enfrentamiento entre la derecha y la izquierda del peronismo por monopolizar la figura del líder y controlarlo durante su llegada. Y el liderazgo, siguiendo sus patrones, tenía que dirimirse por la fuerza de las armas. El avión de Perón tiene que aterrizar en un aeropuerto militar por razones de seguridad y le recibe el vicepresidente que estaba en Buenos Aires. Perón toma conciencia de que las cosas no le van a resultar tan fáciles como él pensaba y que está juventud maravillosa de antes le iba a traer problemas; tendría que tomar medidas para evitar que la situación se desbordase y ya toma posiciones, considerando que estos jóvenes no eran tan idealistas sino revolucionarios, claramente. Tiempo después, consciente de la situación tan adversa que asume, provoca la renuncia de Cámpora y se hace un llamado a elecciones, en donde Perón sale elegido mayoritariamente con su esposa como vicepresidente. Perón, en esas elecciones, sale elegido con un alto porcentaje de votos, más del 62% del censo, y decide poner orden en un estado de cosas y en un movimiento que ya no compartía sus ideas. 
Hay un episodio que lo conmueve a Perón, que es el atentado contra el dirigente gremial José Ignacio Rucci, que es asesinado y ahí, el presidente dice: “Me cortaron las piernas”. Fue un acto doloroso y mostraba que Perón no dominaba todavía la situación, mostrando a las claras que el oponente ya no tenía miramientos y estaba dispuesto a llegar hasta el final. Perón, entonces, en una reunión secreta con los dirigentes peronistas, en Los Olivos, da a entender a través de una directiva que se acabaron los miramientos hacia estos actos y que había acabar de una vez, incluso por la violencia, respondiendo a este tipo de acciones violentas y terroristas. Esta decisión dio lugar a que se produjeran una serie de acciones encubiertas. Y lamentablemente la mano ejecutora de este grupo que operaba bajo las órdenes y el consentimiento de Perón era el ministro de Bienestar Social, José López Rega, que organiza la Triple A, las famosas tres A (Alianza Anticomunista Argentina), un hombre de confianza del presidente que se dedica a ejecutar las órdenes que le da el viejo general y que no siempre se atienen a la legalidad. De esta manera, se van dando los primeros pasos y pone orden en el país, pero, sin embargo, el líder ya no es el de antes y tiene la salud muy desgastada. Hasta el último aliento da todos sus esfuerzos por normalizar y por trabajar en su proyecto, que desde luego no era el de los jóvenes “idealistas”, sino el de normalizar el país de una vez por todas tras los excesos cometidos.

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Mará Estela Martínez de Perón, expresidenta de Argentina

¿Como juzga el papel de María Estela en todos estos acontecimientos?
Perón muere y le sucede automáticamente su mujer, María Estela Martínez de Perón, tal como se preveía legalmente. La mujer de Perón, desde luego, no estaba preparada para ser presidenta, y mucho menos en las circunstancias en las que estaba viviendo el país. Para afrontar la situación que vivíamos, se necesitaba carácter, conocimiento, capacidad para tomar decisiones y prestigio, rasgos de los que carecía totalmente esta señora. El gobierno de María Estela va perdiendo fuerza. Era una buena alumna de Perón, eso sí, ya que desde el punto de vista ideológico se situaba en la extrema derecha del peronismo y el marxismo le provoca un rechazo total. En un almuerzo con varios generales, una treintena si mal no recuerdo, llegó a ser muy dura con el marxismo. En ese sentido, no quedaban dudas de que la dirección ideológica estaba encaminada, pero le faltaban fuerzas y conocimientos para llevar a cabo el combate, la lucha, y poner orden. Incluso para poner coto a las actividades de López Rega, que mataba por razones ideológicas, pero que también lo hacía por otras razones para cobrarse algunas cuentas pendientes. La situación, como ya he dicho antes, era muy difícil, reinaba un gran desorden. A Isabel se le hizo saber este estado de cosas y destituye finalmente a López Rega, que lo envía de embajador itinerante al exterior. Así se cumplía el deseo de muchos, entre los que me encontraba, que no queríamos que este hombre siguiera al frente de sus responsabilidades. 
La acción del terrorismo sigue por su cuenta. Aquel calificativo de que eran “jóvenes idealistas” por pensar distinto hasta el extremo de masacrarlos quedó en evidencia, era una vulgar patraña. Esta gente estaba entrenada en el exterior, principalmente en Cuba, Siria, Libia y otros países, y luego dentro del país con instructores foráneos; además tenían armamentos y equipos de alto nivel ofensivo, incluso de tecnologías avanzadas. Todo ello reforzado con fábricas de armas y explosivos que llegaron a operar y tener dentro del territorio argentino. Tenían capacidad para matar y hacer daño a la sociedad argentina. Como remate a toda esta estructura, estaba la crueldad que les distinguía, no eran ángeles sino terroristas. Incluso la revista Time, en un artículo de la época, establecía que si comparábamos a terroristas argentinos, alemanes e italianos, en términos de crueldad, los europeos eran infinitamente más humanos que los de nuestro país. Huelgan más comentarios. Con esos “jóvenes idealistas” y sus crueles métodos nos teníamos que enfrentar entonces. 
Así llegamos a finales de agosto de 1975, en que soy nombrado Comandante en Jefe del ejército argentino, y en los primeros días del mes de octubre, a principios, somos invitados los comandantes de los tres ejércitos a una reunión de gobierno presidida por Italo Luder, que ejercía como presidente por enfermedad de María Estela, en las que se nos pide nuestra opinión y qué hacer frente a la desmesura que había tomado el curso del país frente a estas acciones terroristas. 
Con acuerdo de las otras dos fuerzas, yo hube de exponer cuatro cursos de acción, que no viene al caso detallar ahora, que culminó con la selección de parte del doctor Luder del cuarto curso de acción, que era el más riesgoso, en cuanto que confería más libertad de acción, pero que garantizaba en no más de un año y medio que el terrorismo sería derrotado. Los cursos de acción del 1 al 3 eran más contemplativos, pautados con el fin de evitar errores, pero –de ser seguidos– irían a dilatar sin término el caos en el que se vivía.
El acuerdo se firmaba, bajo estos decretos, para combatir el terrorismo en todas sus formas y hasta el aniquilamiento definitivo; por otras razones, más tarde, cuando fuimos juzgados, se le preguntó a  Luder por el término aniquilar e hizo un excelente exposición en términos semánticos sobre la cuestión, que se resume en reducir a la nada; no tiene otra interpretación. A partir de ese momento, de hecho y de derecho, el país entra en una guerra, pues no salimos como Fuerzas Armadas a cazar pajaritos, sino a combatir al terrorismo y a los subversivos. Estamos preparados, como militares, para matar o morir, estábamos en una guerra ante un enemigo implacable, aunque no mediara una agresión formal, estábamos en una lucha. Así, a principios de octubre de ese año, entramos en una guerra de una forma clara. Desde el punto de vista del planeamiento no fue sorpresa porque el ejército ya jugaba con hipótesis de conflicto, una de las cuales era un desborde sorpresivo terrorista que sobrepasara a las fuerzas de seguridad y que se tuvieran que emplear a las Fuerzas Armadas para detener la amenaza. Teníamos esa contingencia prevista y, ante tal eventualidad, lo único que teníamos que hacer era salir a luchar con los planes previstos.

El Proceso de 
Reorganización Nacional

¿Qué lograron en términos económicos durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1982) que usted lideró?
En lo económico, también se había mejorado, aunque teníamos riesgos inflacionarios que no voy a ocultar ni minimizar. Pero sí se había logrado la confianza del exterior, sobre todo a través de créditos para la Argentina para remozar el aparato productivo del país que estaba seriamente desatendido. Había, además, una gran paz social y se aceptó, mediante un acuerdo con los gremios, que los salarios estuvieran sujetos a la productividad y no a otros elementos; el que más trabaja más ganaba, simplemente. Teníamos un desempleo peligroso, podemos decir, pero no alto, del 2,5%. Digo peligroso porque no permitía flexibilidad en el mercado de trabajo. Y la clase política no daba muestras ni ansiedad de que el periodo se agotase y se iniciase una nueva etapa política; nos seguían con atención y desconocían cómo había sido la guerra, que parecía haber ocurrido en una nebulosa. Los políticos no querían meterse mucho en estos asuntos y los dejaban para aquellos que manejaban la seguridad del país, responsabilidad que recaía en nosotros en aquellos momentos.

Entonces, y volviendo a los retos planteados tras el 24 de marzo de 1974, si el Proceso había cumplido sus objetivos, ¿por qué no abandonaron el poder?
El Proceso había cumplido sus objetivos a mediados del año 1978, este es un punto crucial que quiero destacar. La pregunta era: si el Proceso había cumplido sus objetivos, ¿por que no darlo por terminado? No había otra razón de ser, las cosas ya se habían hecho. O había que darle otro sentido. Y si así era, el Proceso iba a languidecer porque no tenía otra razón de ser en aquellos momentos. Nunca se planteó oficialmente esta cuestión que era crucial y fundamental. Había un sector perfeccionista de las Fuerzas Armadas que decía que ahora las cosas están bien y vamos a embarcarnos en otros problemas, a seguir trabajando hasta que las cosas sean perfectas, pero no era así, creo yo, porque los hombres no llegan nunca a la perfección absoluta. Los hombres no son perfectos, solo Dios lo es. Era tan sólo una forma de justificar el quedarse en el poder por quedarse. Y había un sector que decía que a este Proceso que habíamos comenzado había que darle otra razón de ser.

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¿Hablamos, entonces, de que las Fuerzas Armadas estaban divididas en ese momento?
Este asunto sobre la naturaleza del Proceso no fue tratado oficialmente, pero el debate estaba ahí, subyacía esa división acerca de que dirección se quería tomar y había sus matices sobre cómo afrontar el futuro. Había que dar otra naturaleza, otro contenido al Proceso, pero también estaba la posibilidad de abandonarlo de una forma definitiva. Luego estaba el conflicto con Chile por las islas del canal de Beagle, y tenga en cuenta que estuvimos a punto, en diciembre de 1978, de llegar a una guerra. También quedaba el camino de una salida política ordenada de un Proceso que se había mostrado exitoso en el desempeño de sus funciones; en ese momento se podía negociar desde una posición óptima. Yo mantenía que el Proceso, en esos momentos, tenía que ser capaz de dejar su descendencia, es decir, hacer política de una forma que las Fuerzas Armadas transcendieran más allá del periodo histórico que ya habíamos superado. 
¿Cómo? Dejando la herencia de un Proceso exitoso a los políticos que eran nuestros aliados y amigos, ese era el camino de entonces que yo defendí. Pero hay hubo otros problemas, ya que la política se hace con ideas y con hombres; las ideas eran las del Proceso, que llevamos adelante, y luego estaban los hombres, que tienen nombre y apellidos. Si en aquellos momentos se hubieran antepuesto los nombres y apellidos de algunos que estaban participando en el proceso, se hubiera roto la cohesión de las Fuerzas Armadas y este era un valor que no podíamos poner en juego y arriesgar. No podíamos darnos el lujo de romper la cohesión de las Fuerzas Armadas, estaban todavía en juego muchas cosas. Lamentablemente, en ese dejar pasar el tiempo el Proceso en sí languideció y llegó muy desgastado, sin presión externa, hasta fines del año 1979, en que la Junta hizo públicas las bases políticas del Proceso y las sometía a la opinión de toda la comunidad argentina a cuyo frente se situaría el ministro del Interior de entonces para escuchar a todas las voces cualificadas de la sociedad argentina para consultarlos sobre esas bases o modificarlas. O, en su defecto, después de escuchar a todas las partes, enriquecerlas con nuevos aportes. Se trataba de establecer un diálogo productivo entre las autoridades y la sociedad argentina sobre estas bases políticas, pero había dos preguntas ineludibles: 1) ¿Si era conveniente la revisión del acuerdo en la guerra que habíamos librado contra la subversión?; y 2) ¿si estuvo justificado el levantamiento militar del 24 de marzo de 1976? La respuesta a la primera llegó al 70 por ciento y a la segunda al 80 por ciento del acuerdo nacional, respectivamente. 

Las víctimas del terrorismo
¿Por qué ustedes no le dieron un reconocimiento a las víctimas del terrorismo en Argentina, cuando es un asunto importante y todavía no resuelto en su país?
Tiene usted razón, tenía que haberse abordado este asunto. El término víctima del terrorismo no fue tenido en cuenta, se veían muertos y víctimas por atentados, pero los consideramos víctimas como tales de estas acciones subversivas. Hubo también secuestros y asesinados, pero nunca se les vio como víctimas del terrorismo. En este momento, y visto con esta perspectiva, es algo que no se hizo. Se reivindicó a los combatientes, también se trabajó en la reivindicación de los presos políticos, que somos nosotros, y ahora se trabaja en esta última reivindicación, en la de las víctimas del terrorismo. Al margen de los combatientes y muertos, y de los presos políticos que estamos pagando un servicio a la patria, faltaban las víctimas del terrorismo y hay ya gente que está trabajando en este asunto, en la búsqueda de esa reivindicación, aunque si bien es cierto que todavía no se ha tenido éxito en lograr ese justo y merecido reconocimiento a ese colectivo por el que usted pregunta. Es un trabajo en el que se lleva trabajando desde hace años, pero este gobierno se niega a reconocer sistemáticamente que existieran víctimas del otro lado, ya que si lo hiciera tendría que juzgar a los terroristas que produjeron aquellos hechos y actos que provocaron la existencia de víctimas. Fíjese que hasta en el gobierno de Menem había paridad y cierto respeto a las fuerzas de las dos partes que lucharon o se enfrentaron en aquellos años, incluso emite varios decretos que tienen una dirección simétrica hacia las dos partes. Reconoce con exactos argumentos a las dos partes.
Pero el gobierno actual se ha caracterizado por la asimetría y nos ha considerado solo a nosotros como la parte beligerante, como el demonio que tiene que ser condenado y encarcelado. El otro demonio, los terroristas o los guerrilleros, no existen, eran simplemente “jóvenes idealistas”. Y los esfuerzos que se han hecho en presentar casos de víctimas con nombres y apellidos siguen abiertos esperando el sueño de los justos; la justicia, en un caso, llegó hasta la segunda instancia, pero ahí se extinguió la acción y la lucha sigue. El gobierno sólo reconoce a las víctimas de una de las partes, pero les niega todos los derechos a la otra. 

Hay un tema importante: ¿es cierto que se intentó recrear la Cámara Federal en lo penal y que no se encontraron jueces voluntarios?
Fue real, fue tal como dice. La comunidad judicial de entonces estaba amedrentada. A partir de la amnistía de Cámpora, que terminó con todos los condenados por actos violentos en la calle, los jueces, por el contrario, fueron asesinados, cesanteados y tiroteados. Esa era la realidad de entonces, de antes de que llegáramos al gobierno. Este asunto no se llegó a tratar oficialmente, pero quiero señalarle que tampoco se encontraban los jueces que quisieran trabajar en el desarrollo del proyecto. No se pudo hacer, simplemente. Aunque quiero decirle algo, los decretos de Luder nos dieron todo el poder y competencias para desarrollar nuestro trabajo e incluso excedían lo que habíamos pedido; Luder, prácticamente, nos había dado una licencia para matar, y se lo digo claramente. La realidad es que los decretos de octubre de 1975 nos dan esa licencia para matar que ya he dicho y casi no hubiera sido necesario dar el golpe de Estado. El golpe de Estado viene dado por otras razones que ya expliqué antes, como el desgobierno y la anarquía a que habíamos llegado. Podía desaparecer la nación argentina, estábamos en un peligro real. No es que los militares nos levantáramos un día de la cama y nos hubiéramos dicho: ¡vamos a ir de cacería o a matar “jóvenes idealistas”! Nada de eso, había otras razones de otra índole. Pero realmente Luder nos había dado para la guerra todas las formas y medios que necesitábamos, en nosotros estaba el ser prudentes o no, queriendo reconocer que en algunos casos hubo excesos. 

El papel de las Juntas 
Militares

¿Por qué la Junta no dio instrucciones más precisas, incluso por escrito, de lo que estaba haciendo y de las órdenes que impartía?
Creo que órdenes existieron y fueron precisas, no puedo entrar en detalle ahora en todas ellas. Las órdenes estaban y los que las impartieron, que fueron asumidas por cada uno de los miembros de la cadena de la mando que las dieron. Creo, sinceramente, que fue así.

¿Cómo juzga al almirante Eduardo Massera? ¿tuvo diferencias con él?
Hubo diferencias, claro, él era esencialmente un hombre político, algo que yo no era. Era un hombre muy político, quizá se equivocó eligiendo la profesión de militar y se dedicó a la profesión equivocada.

¿No es sorprendente también que se hayan juzgado a oficiales y suboficiales que aquellos días tenían apenas una veintena de años o algo más?
Mire, yo digo que si el juzgado en este caso, independientemente de su edad, lo es en función de haberse excedido en el cumplimiento de una orden está bien juzgado. Los demás, le aseguro, son todos juicios políticos, como parte de esa venganza, de esa revancha, como parte de ese castigo colectivo con que se quiere castigar a todas las Fuerzas Armadas. Este plan sigue una política gramsciana que esta gente cumple de punta a punta, disuadiendo a unas instituciones que han tomado como rehenes, creando desaparecidos que nunca existieron y vaciando de contenidos a la justicia. Hoy, la República está desaparecida, no tiene justicia porque la que tiene es un esqueleto sin relleno jurídico; el mismo parlamento no tiene contenidos, está compuesto por ganapanes que temen que les vayan a quitar el puesto y se venden al mejor postor. No hay nadie en la escena política con lucidez capaz de hacerles frente. El país tampoco tiene empresarios, porque están vendidos al poder. Hoy, las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón. Lo que me permite decir que no tenemos República porque no tenemos a las grandes instituciones del Estado funcionando. La justicia, el Congreso y las demás instituciones, por no hablar de otros aspectos, no existen; las realidades no son así.

El futuro del país

¿Cómo ve la Argentina de hoy, tiene esperanzas de que haya algún cambio?
La suerte nuestra, la de los militares detenidos, está en que el país se encamine por otra dirección. Si el país cambia hacia otro rumbo, seguramente, no estaríamos presos. Yo digo que estamos en una situación hoy muy negativa, totalmente negativa, hemos perdido una gran oportunidad en las últimas elecciones de sentar puntos de apoyo a una oposición sólida y que actuara responsablemente para cambiar este estado de cosas al que me refería antes. Hablo de un cambio, claro, por la vía democrática, ya no es el tiempo de los golpes de Estado, aunque tampoco habría Fuerzas Armadas para darlo ni vocación para hacerlo. Esta situación de inmediato no va a cambiar, lamentablemente, porque no veo el actor, el líder, y no creo en los iluminados. La política se hace con hombres e ideas y ahora no los hay, ahora Argentina no los tiene. No hay tampoco movimientos de opinión sistemáticos contra este gobierno, todos viven bajo el temor del qué dirán, de que les dejen hacer, en definitiva. Todo es miedo y temor, y vivimos permanentemente bajo ese miedo. Y cuando una sociedad vive bajo el miedo no puede esperar que esté en un actitud de coraje para enfrentar un gobierno que de por sí no tiene reparos y no se detiene ante nada. Un gobierno arbitrario, con espíritu totalitario, y que no se detiene ante nada y ante nadie, que ha perdido la vergüenza y etcétera, etcétera, etcétera. Este es el panorama de la Argentina de hoy y de seguir, que todo parece que seguirá igual, permanecerá en el futuro inmediato. No hay solución en el corto plazo.
Luego está la pretensión permanente de seguir escarbando en el pasado, colocándonos a los militares en la vereda de enfrente como unos indeseables. Hay que comenzar a pensar en el futuro, pero sin concordia no hay futuro. En consecuencia, creo que tiene que haber un diálogo amplio y superador de todos los sectores de la opinión pública para lograr abandonar esos puntos de fricción que están impidiendo en este momento esa concordia. Por ejemplo, hay que encontrar una solución para resolver el famoso problema de los desaparecidos y ofrecérsela a la sociedad argentina. Son una realidad, son un invento, son una especulación política o económica, ¿qué son realmente los desaparecidos? Así sucede con otras cosas más que no han sido cerradas y siguen presentes en nuestra vida. Repito: ese diálogo tiene que blanquear esa situación conflictiva que vivimos hoy, superar a través de la concordia nuestras diferencias y tirar hacia adelante con un proyecto de nación basado en un proyecto de vida en común, algo que le falta a la Argentina de hoy. Lo que decía Ortega y Gasset: un proyecto de nación y de vida en común. ¿Qué político ha dicho lo que quiere para la Argentina de hoy? Nadie. Estamos en el puesto que ganamos sin ansias de cambiar nada. Tenemos que despertar, apagar las pasiones y mirar hacia el futuro con otras miras, pensando en los próximos diez años cuando menos. Y en ese encuentro que debe de buscar un punto en común para el diálogo hay que dejar de lado todas tensiones y rigideces que nos han paralizado. A punto está de que en Argentina estamos sin oposición y un país no puede vivir sin oposición. Los que ejercen el gobierno lo hacen con pretensiones de crear un caudillato sin que nadie los critique y todo el mundo asienta. ¿Se saldrán con la suya?

El presente de Argentina bajo los Kirchner

¿En qué ha fallado este gobierno, qué le diría a los argentinos sobre el mismo?
Si algo tiene Argentina es su riqueza agropecuaria, somos o éramos el granero del mundo, y el agro ha sido borrado de la estructura nacional. Este gobierno ha asociado el campo con la oligarquía y como enemigo de ese socialismo que ellos pregonan, no podemos esperar de esta gente una solución, la única vía es sacarlos del gobierno y no a través de un golpe de Estado, sino a través de los cauces democráticos. Yo, en las últimas elecciones habidas en el país, esperaba a que apareciera un líder o un movimiento para hacer frente a lo que vivimos, que todos los dirigentes de la oposición se unieran para combatir esta lacra y salir hacia adelante, pero bueno, no apareció y no fue así. Quisiera ser optimista, pero no puedo, aunque siga peleando desde la cárcel, desde aquí. Quiero dar a conocer al mundo lo que pasa. La consigna del prisionero de guerra es la evasión, mientras que para el preso político la lucha es otra, que es el campo de la política y que es antipático quizá para los militares. Hoy hay que ganar la guerra política a través de los mensajes y los medios de comunicación, y esa es nuestra función: no quedarnos de brazos cruzados.

Desde que está en prisión, ¿le visitan sus antiguos aliados y amigos, o lo han olvidado desde entonces?
Algunos, algunos, pero no pasan de cinco. Nuestra sociedad, que la componen también mis amigos, la argentina, fue la protagonista de la tremenda guerra que vivimos, porque era un combate contra la sociedad argentina y cambiarla a través del modelo marxista que preconizaban esos grupos alzados en armas. Ese proyecto estaba en plena expansión en América Latina y la sociedad argentina fue objeto y sujeto de ese proyecto totalitario. Esa sociedad se defendió a través de su brazo armado de esa agresión que sufría de unos grupos armados bien conocidos. Luego está la figura del chivo expiatorio, que han sido los militares, y la sociedad argentina actuó de una forma cobarde y dejando abandonado a su ejército, que fue el principal actor en ese conflicto defendiendo a su país de esa verdadera agresión. 

Las fuerzas armadas 
argentinas hoy

¿Cómo se explica ese proceso de destrucción de las Fuerzas Armadas y de indefensión de la Argentina que denuncian algunos militares?
Porque es la revancha de los derrotados, de los “jóvenes idealistas” de Perón, que no lograron sus objetivos, que pasaban por tomar el poder. Con Cámpora lo habían conseguido, en parte. Como ese proyecto revolucionario que tenían de hacerse con el poder se vio frustrado por las Fuerzas Armadas (que, cumpliendo órdenes de un gobierno constitucional, salieron a reprimirlos y a enfrentarlos), fuimos los ejecutores de parar ese proyecto. Nos preguntaron qué hacer ante la amenaza armada que tenía el Estado y dimos la respuesta que había que dar, que era que nos sacaran a nosotros a hacer frente a esa amenaza. No queda otra vía, claro. Y los derrotamos con las armas en la mano, claramente, y eso los actuales gobernantes, que son herederos de aquellos grupos subversivos, no nos lo perdonan.

¿Por qué, en definitiva, en ninguna parte de América Latina se da esta situación de más de un millar de militares detenidos, procesados y condenados?
Es cierto, esta situación no se da en otras partes del continente. Así es, como usted dice. La explicación es el espíritu de revancha y venganza que anima a este gobierno.

¿Cómo es posible entender actitudes como la del general Martín Balza sobre las fuerzas armadas, e incluso las tareas en las que él participó entonces?
La sensación es que es un canalla, un hombre que se vendió al enemigo para escalar posiciones. Pregunto: ¿cuántos años lleva de embajador? Siete u ocho años. Un trepador vendido por poder y dinero. Él me envió tres cartas en el pasado y muestra su subordinación, afecto y aprecio hacia mí. No eran unas cartas burocráticas, sino escritas sinceramente y algunas incluso a mano deseando mi libertad, solidarizándose conmigo y esperando un “nuevo amanecer”. Ahora se vende por ansias de poder y denigra a sus antiguos compañeros, ¡qué miserable! 

¿Qué mensaje le daría a los soldados que están detenidos actualmente y a sus familias, que también sufren en sus carnes esta situación?
Yo creo que el mensaje explícito y tácito, que es al que yo me atengo, que es la conducta, el ejemplo y el modo de vida, que siempre han sido mis guías, en los buenos y en los malos momentos. 

¿Por qué renunció su abogado defensor cuando iba tan avanzado su proceso?
Entrábamos en otra etapa, pasábamos de la etapa instructora a la de los juicios orales y públicos. Era más de lo mismo, con público y publicidad, más de lo mismo, un circo, en definitiva. Entonces, llamé a mis abogados y les dije: ustedes cumplieron su tarea y ahora se trataría de que dejaran para la historia, por escrito, todas las irregularidades y arbitrariedades de las que hemos sido objeto. Que quede escrito y haya constancia de todo lo sucedido para que la gente, en el futuro, conozca lo que realmente sucedió. El abogado soportaba un enorme sacrificio para el desempeño de sus funciones y casi tenía que dejar su trabajo. La real motivación por la que se fue, para que no quedara duda, era que no se prestaba gratuitamente a esa parodia de juicio sin justicia y sin derecho.

¿Recibiría a algún líder montonero en aras de llegar a la concordia?
Tal como están las cosas, en estos momentos, definitivamente no. En un proceso final, llegado el caso, no aceptaría un diálogo de igual entre unos militares que luchamos por defender a las instituciones de la nación con los cabecillas de una organización armada formada por subversivos, creo que ese no es el punto de partida. No creo que se puedan equiparar las dos partes, no se puede establecer una concordia desde un punto de partida en que todos somos iguales. Yo hablo, además, de un diálogo entre las partes que sea representativo en la sociedad, pero no de establecer una concordia sin justicia.