Al final oyeron... y se sorprendieron
Desde nuestro espacio apoyamos públicamente la acción de AFyAPPA para ser atendidas por el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, todo ciudadano tiene el derecho constitucional de peticionar ante las autoridades. Todo ciudadano tiene derecho a pedir, y las autoridades la obligación de considerar y resolver, en forma fundada y razonable, los pedidos que se le formulan.
Nos resulta poco creíble que los miembros de tan alto tribunal desconocieran o se sorprendieran del maltrato al que son sometidos los Presos Políticos en la Argentina, pero más allá de nuestro parecer, lo importante es que la SCJN de una vez por todas se haga cargo de resolver el grave problema jurídico que se ha creado a consecuencias de los mal llamados “juicios de lesa humanidad”.
Hoy 7 de agosto a las 12:00hs, después de muchas negociaciones y presiones de distinta naturaleza, mujeres de AFyAPPA fuimos recibidas por el Supremo Tribunal de Justicia. En representación de los magistrados, participaron el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti y su Vicepresidente, la Dra. Helena Highton de Nolasco. Por parte de la Asociación de Familiares y Amigos de Presos Políticos de Argentina estuvieron presentes la Sra. Cecilia Pando, Presidente de la entidad, la Sra. Inés Martínez Segón, Vicepresidente de la Asociación y la Sra. Marcela Cabanillas, esposa de un preso político. Más tarde se sumaron los doctores Javier López Calderón y Mariano Rodríguez Finais, integrantes de la Comisión de Enlace entre Poderes. El objetivo de la reunión: denunciar el trato inhumano que reciben en las cárceles los detenidos por presuntos delitos de lesa humanidad.
Durante la entrevista se dieron a conocer los 165 muertos en cautiverio por abandono de persona y falta de atención médica en los penales. Se habló de los traslados a otros establecimientos sin autorización de los jueces, las torturas psicológicas a las que son sometidos en algunos penales y las requisas donde el propio jefe del servicio penitenciario “Víctor Hortel” saca fotos de todas sus pertenencias (agendas personales, fotos de familia, defensas de los juicios) que luego aparecen publicadas en algunos medios oficialistas. Mención especial tuvo el derecho que se les niega a nuestros familiares y amigos de estudiar en universidades públicas. También se hizo alusión a las violaciones a su intimidad cuando fueron filmados desnudos.
Se comentó que mientras el Jefe del Servicio Penitenciario promueve que los presos comunes (incluso violadores y asesinos) desarrollen “actividades culturales” extramuros sin ir esposados para que no herir susceptibilidades, él mismo ordena y controla personalmente que los detenidos por supuestos delitos de lesa humanidad concurran a los hospitales, esposados en todo momento, sabiendo que se trata de ancianos, algunos imposibilitados hasta de caminar.
Ya que nos hicieron saber que solo querían escuchar problemas humanitarios, se tocó brevemente el tema de las ilegalidades y arbitrariedades de los juicios, destacando la violación a la irretroactividad de la ley penal, la existencia de prisiones preventivas que superan el tiempo que marca la ley y la no otorgación de la prisión domiciliaria a personas que superan ampliamente los 70 años que marca la ley. Respecto a este último punto se destacó que nuestros penales no están preparados para atender las necesidades de personas de edad avanzada.
Tanto el Presidente de la Corte como su Vicepresidente se mostraron sorprendidos con nuestro relato que fue acompañado con fotos sobre las aberraciones y verdaderos tormentos que sufrieron algunos de los enfermos que murieron en cautiverio.
La reunión se desarrolló en un ambiente cordial y de respeto, donde pudimos manifestar con claridad, firmeza y educación las preocupaciones e inquietudes de todos los integrantes de la asociación. Porque queremos confiar en la justicia esperamos de todo corazón que nuestro grito silencioso no caiga en el vacío. Y que poco a poco, la serena sed de justicia remplace al tormentoso deseo de venganza. Porque precisamente esa es la función de los magistrados.
M. Cecilia. PandoPresidente de AFyAPPA
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