sábado, junio 08, 2013

ANECDOTAS DE PALACIO

En el portal LA POLITICA ON LINE leemos que la guerra de Cristina Kirchner con Horacio Verbitsky no termina.
Debido a los veleidosos cambios de humor de la presidente, quien ayer era un cercano colaborador, hoy es un enemigo.
Ahora le tocó el turno a Horacio Verbisty (a) El perro, integrante de varias asociaciones armadas de los años setenta entre ellas Montoneros.
Es difícil decir cuál ha sido el punto de quiebre de esta fructífera amistad. Quizá la Guerra Santa de Verbitsky  contra la Iglesia Católica ha convertido al ministro en las sombras en molesto y, por lo tanto, disponible; ahora que Kirchner quiere acercarse al Papa. Tal vez la incapacidad de Kirchner para librar la batalla de la tolerancia puso al perro faldero del otro lado de la barricada. Verbisty se negó a suavizar el tono en lo que cree su verdadero propósito sobre la tierra: denunciar los delitos de la Iglesia, los ciertos y los imaginarios.
Como sea, la verdad es que Verbistky resulta inconveniente para los rumbos que ha tomado la Casa Rosada y en virtud de que se niega a cambiar, ha salido eyectado de las cercanías del Poder y con él, sus protegidos. Dos de ellos, funcionarios del Ministerio de Defensa, fueron removidos en los últimos días luego de que la Ministro Garré consiguio finalmente la autorización para renunciar.
También dice el La Política On Line que durante la jura y toma de posesión del cargo del nuevo ministro de defensa, Agustín Rossi, los dos funcionarios que iban a ser eyectados, notaron que algo no andaba bien: “nadie los saludaba”.
Apenas un detalle en la vorágine de la vida política argentina pero indicativo de las formas y modos del gobierno kirchnerista.
Cuando una animal se encuentra enfermo y próximo a morir el resto de la fauna, incluyendo sus parientes más próximos, se aleja. En la sabiduría de la naturaleza los sanos no se mezclan con los enfermos.
Ni siquiera el saludo se merecen los apestados del gobierno, que han contraído la seria enfermedad del disfavor presidencial. Apestados que, pocos días antes, fueron amigos o conocidos.
Esta anécdota del saludo no es nueva. Son muchos los ex-funcionarios que relatan con amargura que sus antiguos camaradas, colegas, amigos no los saludan cuando caen en desgracia con la presidente y su modelo.
Nuestros héroes de mayo combatieron, sangraron, pusieron su vida en riesgo para que las siguientes generaciones fueran libres o, al menos, para que la idoneidad fuera la base del ingreso al cargo público y no los caprichos reales ni las intrigas palaciegas.
Mucho ha destruido este gobierno entre lo que se encuentra la dignidad de los que aspiran a ocupar un lugar a los pies del poder. 

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