OFICIALES PERSEGUIDOS
Cinco oficiales de la Armada, todos mayores de 65 años, se encuentran encerrados desde hace unos 20 días en el denominado Hospital de Marcos Paz, que de hospital no tiene nada, en una habitación de 5x3 metros, con un pequeño baño y una sola ventana en el extremo opuesto a la puerta de entrada, ineficaz para airear el habitáculo. Dadas las dimensiones del cuarto, las cinco camas lo ocupan casi en su totalidad, con lo que los cinco detenidos deben permanecer acostados o sentados en la cama. No pueden salir de este lugar en ningún momento, salvo diez minutos por día para hablar por teléfono desde un teléfono público ubicado al lado de un baño en pésimo estado, que despide fuertes olores. No hace falta explicar el padecimiento de estos hombres, privados del menor ejercicio físico y sufriendo este terrible encierro, que además no reciben tratamiento médico pese a su edad y estado de salud. Es sólo un ejemplo de lo que en gran escala ocurre en nuestro país a raíz de la persecución terrible desatada por algunos funcionarios, fiscales y jueces indignos con el designio evidente de provocar la pronta muerte de estos prisioneros.
Cinco oficiales de la Armada, todos mayores de 65 años, se encuentran encerrados desde hace unos 20 días en el denominado Hospital de Marcos Paz, que de hospital no tiene nada, en una habitación de 5x3 metros, con un pequeño baño y una sola ventana en el extremo opuesto a la puerta de entrada, ineficaz para airear el habitáculo. Dadas las dimensiones del cuarto, las cinco camas lo ocupan casi en su totalidad, con lo que los cinco detenidos deben permanecer acostados o sentados en la cama. No pueden salir de este lugar en ningún momento, salvo diez minutos por día para hablar por teléfono desde un teléfono público ubicado al lado de un baño en pésimo estado, que despide fuertes olores. No hace falta explicar el padecimiento de estos hombres, privados del menor ejercicio físico y sufriendo este terrible encierro, que además no reciben tratamiento médico pese a su edad y estado de salud. Es sólo un ejemplo de lo que en gran escala ocurre en nuestro país a raíz de la persecución terrible desatada por algunos funcionarios, fiscales y jueces indignos con el designio evidente de provocar la pronta muerte de estos prisioneros.
No se trata aquí de si el Proceso o el no Proceso, de si guerrilleros o militares, de si culpables o inocentes. Se trata de que una enorme cantidad de hombres de entre 60 y 90 años, cuyas vidas exigen condiciones imposibles en las cárceles y para quienes por eso la ley estatuye prisión domiciliaria, están siendo condenados en la práctica a algo peor que la pena capital.
Carlos L. Bosch*
DNI 4.372.181
DNI 4.372.181
*El Dr. Bosch es miembro de la Asoc. Civil Abogados por la Justicia y la Concordia.
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