martes, mayo 14, 2013

CFK, LA PROCURADORA.

 por Guillermo Cherashny




En el 2007, en plena campaña presidencial, una investigación de los periodistas Juan Cruz Sanz, Cristian Sanz y quien escribe esta nota descubrió que no se encontraba ningún estudiante de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata de edad aproximada a la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner, que la hubiera visto jurar como abogada en esa casa de estudios. La realidad es que unos días antes del 24 de marzo de 1976, fecha del golpe militar, CFK huyó junto con su marido Néstor hacia Río Gallegos sin haberse recibido. Algunos dicen que volvió a La Plata para finalizar sus estudios, pero parece que sólo alcanzó a recibirse de Procuradora, un título intermedio que sólo habilita para realizar ciertos trámites en los expedientes. En recientes declaraciones ante distintos medios, el ex vicegobernador de Santa Cruz Eduardo Arnold memoró que Cristina firmó en Río Gallegos algunos escritos como procuradora. Hoy por hoy, para recibirse de procurador en la UBA sólo es necesario aprobar las siguientes materias: Derecho de Familia y Sucesiones, Sociedades Civiles y Comerciales, dos cursos cuatrimestrales en el Departamento de Derecho Procesal y Práctica Profesional, uno de los cuales por lo menos deberá versar sobre temas de Derecho Administrativo. Lo cierto es que está confirmada una inscripción de CFK en 1977 como procuradora en la Cámara Civil de Comodoro Rivadavia. Cinco años atrás, Cristian Sanz, con el patrocinio del Dr. Fabián Bergenfeld, denunció por usurpación de títulos y honores a la entonces presidente. Por una casualidad que ya es hábito, la causa cayó en el juzgado federal de Norberto Oyarbide, quien libró oficio a la Facultad de Derecho de la Universidad de La Plata para que informara. El decano se limitó a contestar que la hoy presidente se había recibido de abogada sin mostrar el certificado analítico de la aprobación de materias ni la copia del título profesional.


El último capítulo de la farsa

Sanz apeló entonces ante la Sala I de la Cámara Federal en lo Criminal y Correccional, integrada entonces por Gabriel Cavallo y Jorge Ballesteros, quienes confirmaron el fallo de Oyarbide. En la República Argentina los abogados, que por una acordada de la Corte pueden ser llamados doctores, lo son por haber completado sus estudios de grado en una facultad de derecho, contando como documentación probatoria un certificado analítico de materia aprobadas y un título. El único caso de una persona que fue declarada abogada por fallo judicial es entonces el de la doctora Cristina Fernández de Kirchner. Un hecho sorprendente es que en la campaña presidencial del 2007, el C.V. de Cristina publicado en el sitio oficial del Frente para la Victoria consignaba sus datos biográficos pero no incluía algo tan importante como la fecha en la que se recibió de abogada. Éste fue uno de los hechos que motivó la denuncia judicial antedicha, a lo que se le suma que en numerosos documentos que firmó como senadora de la Nación, en ningún lugar aparece como doctora. Sugestivamente, recién después del comentado fallo judicial de la Cámara Federal confirmando la sentencia de Oyarbide, la locutora oficial empezó a anunciarla como la Doctora Cristina Fernández de Kirchner. Y doctora la llama siempre el Secretario de Política Económica Axel Kicillof. Tiempo atrás, un alto funcionario del gobierno de Daniel Scioli recibió la visita del decano de la Facultad de Derecho de La Plata, que le expuso su preocupación por el fallo señalado de Oyarbide, ya que su casa de estudios no contaba con el analítico completo sino uno con una cuantas materias, suficientes como recibirse sólo de procuradora. El consejo del alto funcionario al decano fue que guardara ese analítico incompleto en una caja fuerte del Banco de la Provincia de Buenos Aires. En ese lugar seguiría en custodia la mentira presidencial avalada por un fallo de la Cámara Federal.

El 28 de octubre del año pasado, en su polémica visita a la Escuela de Gobierno de la Universidad de Harvard, la presidente intentó salir airosa de una incómoda pregunta sobre el origen de su cuantioso patrimonio y sostuvo que su fortuna salió de su carrera como “exitosa abogada”. En fin, una especie de Hillary Clinton criolla. Luego de los ácidos comentarios que generaron sus declaraciones, ella jamás volvió a ufanarse de su exitosa carrera profesional.

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