sábado, julio 17, 2010

MATRIMONIO HOMOSEXUAL. NO FUE UNA VICTORIA SOBRE LA IGLESIA, FUE UNA VICTORIA SOBRE LA OPOSICION

El resultado de la votación en la Cámara alta, este último 14 de julio, ha sido vendido a la opinión pública como un “Boca-River” entre el kirchnerismo y la Iglesia Católica. El vencedor sería el oficialismo y la Iglesia la derrotada.
Craso error.
La oposición no termina de reaccionar y darse cuenta de la profunda herida que la separa, hoy, del electorado.
La Iglesia Católica, salió mucho mejor parada de la contienda, concitando la simpatía incluso, del resto de las confesiones religiosas y de los no creyentes.
Es que el pueblo argentino, el 28 de junio de 2009 votó oposición y hasta ahora, más allá de algún encendido debate remarcado con el dedito en alto, no ha visto acciones efectivas que lleven al desalojo del Poder del matrimonio gobernante. Y aclaro para los obsecuentes profesionales, hablo de desalojo del Poder y no del cargo.
El pueblo argentino votó oposición y sólo recibe oficialismo por la cabeza; pónganle el nombre que gusten “derecho de minorías”, “modernidad”, “modernismo”, “igualdad”, ”matrimonio igualitario”, “blanqueo de situaciones”. Lo cierto es que gran parte de la oposición votó disciplinadamente junto al oficialismo, y ésa fue su derrota.
La Iglesia Católica, representada por el Cardenal Jorge Mario Bergoglio en un principio, esquivó el guante.
Cuando el proyecto de matrimonio homosexual fue tratado en la Cámara de Diputados, declinó el protagonismo en favor de las distintas Iglesias Evangelistas. Bien sabía Bergoglio que Kirchner buscaba mojarle la oreja para convertir el “Boca-River” en una victoria para su alicaído gobierno.
Ante la media sanción en diputados, un cambio de estrategia –a mi entender acertado- lo llevó a tomar la iniciativa en contra de la Ley.
No es cierto que la Iglesia Católica haya sido vencida; la Iglesia no tiene diputados ni senadores; no tiene partido. Las votaciones a veces salen a favor, otras veces en contra de una postura pero aun en este último caso, nunca está dicha la última palabra. Los que verdaderamente fueron vencidos son los que ganaron su banca prometiendo oposición y terminaron bailando al compás de la música kirchnerista. Hasta los que se ausentaron convenientemente, como el Senador Menem, y los senadores Adolfo Rodríguez Saa, Juan Carlos Romero y Carlos Reutemann sólo reciben agravios de sus electores. Otra gran ausente, la diputada Elisa Carrió en el momento de la votación de su respectiva cámara. Con sus permanentes idas y venidas que nunca la llevan a ningún lado, siempre termina siendo funcional al kirchnerismo.

Independiente de las bondades o vicios de la Ley, darle una victoria política al kirchnerismo es desnaturalizar la función para la que fueron electos. Esa es su verdadera derrota.
No existe excusa para haber aprobado esta Ley, no fue plataforma política de ningún partido, no fue un reclamo de la sociedad, no se había instalado ningún debate.
El pueblo argentino que de traiciones sabe mucho, conjetura negociaciones espurias detrás de esta enorme trapisonda. Lo han dejado entrever los varios “cacerolazos” que se produjeron luego de la aprobación, frente al Congreso y en varias provincias argentinas.
Nobleza obliga, hoy casi no se habla de los senadores que perteneciendo al bloque oficialista, votaron en contra de la Ley. Merecen nuestro reconocimiento por una actitud más que valiente, suicida, en el contexto político en el que vivimos.
Capítulo aparte lo conforman los senadores radicales, principalmente Gerardo Morales y Ernesto Sanz, que pretenden liderar ese partido pero transan con el kirchnerismo. Cómo pueden pretender dirigir un partido de oposición perjurando contra el electorado radical? Ellos fueron de los más derrotados.
El mismo vicepresidente Cobos, que vetando la Ley pudo encontrar el momento oportuno para dar el portazo y lanzarse a la candidatura presidencial, también fue vencido, por timorato y falto de visión.
En la pulseada propuesta por el kirchnerismo, la Iglesia mantuvo una posición unánime. Los renegados fueron suspendidos, no hubo grietas ni medias tintas. En esto fue más exitosa que el mismo gobierno.
Bueno sería que, en las próximas elecciones internas abiertas, obligatorias y simultáneas, los que no tenemos filiación política alguna rescatemos a los políticos que verdaderamente han servido los intereses de la Nación por encima de sus compañeros de partido, que traicionaron el mandato popular.

Aquí va la lista de la forma en que votaron la Ley de matrimonio homosexual:
Votaron por el Sí (33)
Frente para la Victoria (19): Jorge Banicevich (Santa Cruz), Eric Calcagno (Buenos Aires), Elena Corregido (Chaco), Liliana Fellner (Jujuy), Nicolás Fernández (Santa Cruz), Daniel Filmus (Capital Federal), Marcelo Fuentes (Neuquén), Pedro Guastavino (Entre Ríos), Marcelo Guinle (Chubut), Ada Maza (La Rioja), Blanca Osuna (Entre Ríos), Nanci Parrilli (Neuquén), Miguel Ángel Pichetto (Río Negro), Beatriz Rojkés de Alperovich (Tucumán), Teresita Quintela (La Rioja), Eduardo Torres (Misiones), José Pampuro (Buenos Aires), Lucía Corpacci (Catamarca) y Mario Colazo (Tierra del Fuego)
UCR (5): Nito Artaza (Corrientes), Gerardo Morales (Jujuy), Alfredo Martínez (Santa Cruz), Ernesto Sanz (Mendoza) y Oscar Castillo (Catamarca).
Peronismo Federal (1): Roxana Latorre (Santa Fe).
Otros bloques (8): Rubén Giustiniani (Santa Fe), Samuel Cabanchik (Capital Federal), María Eugenia Estenssoro (Capital Federal), María Rosa Díaz (Tierra del Fuego), José Martínez (Tierra del Fuego), Luis Juez (Córdoba), Norma Morandini (Córdoba) y Ana Corradi de Beltrán (Santiago del Estero).
Votaron por el No (27)
Frente para la Victoria (7): Rolando Bermejo (Mendoza), Adriana Bortolozzi (Formosa), César Gioja (San Juan), Guillermo Jenefes (Jujuy), Luis Viana (Misiones), Daniel Pérsico (San Luis) y José Mayans (Formosa).
Peronismo Federal (4): Roberto Basualdo (San Juan), Sonia Escudero (Salta), Hilda Chiche Duhalde (Buenos Aires) y Liliana Negre de Alonso (San Luis).
UCR (12): José Manuel Cano (Tucumán), Mario Cimadevilla (Chubut), Josefina Meabe (Corrientes), Blanca Monllau (Catamarca), Laura Montero (Mendoza), Ramón Mestre (Córdoba), Luis Naidenoff (Formosa), Roy Nikisch (Chaco), José María Roldán (Corrientes), Arturo Vera (Entre Ríos), Pablo Verani (Río Negro) y Juan Carlos Marino (La Pampa).
Otros bloques (4): Juan Pérez Alsina (Salta), Carlos Verna y María de los Ángeles Higonet (La Pampa) y Horacio Lores (Neuquén).
Ausentes (9)
Marina Riofrío (Frente para la Victoria-San Juan) y Ada Rosa Iturrez de Capellini (Frente Cívico-Santiago del Estero) de viaje a China. Carlos Menem (Peronismo Federal-La Rioja) se presentó en el Senado, pero se retiró al mediodía por un malestar. Elida Vigo (Frente para la Victoria-Misiones) y Sergio Mansilla (Frente para la Victoria-Tucumán) no estuvieron durante todo el día en la Cámara alta. Emilio Rached (UCR-Santiago del Estero) se retiró por un fuerte malestar. Carlos Reutemann (Peronismo Federal-Santa Fe), Adolfo Rodríguez Saá (Peronismo Federal -San Luis) y Juan Carlos Romero (Peronismo Federal-Salta) se levantaron antes de realizar la votación.
Abstenciones (3):
Frente para la Victoria (1): Fabio Biancalani (Frente para la Victoria-Chaco).
Otros bloques (2): María José Bongiorno (Bloque por los Rionegrinos-Río Negro) y Graciela Di Perna (Peronismo Federal-Chubut).

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