Hace algunos meses, nos informaron que se estaban tramitando unas "pulseras electrónicas" para darles la detención domiciliaria a los mayores de setenta años. A los presos políticos de Argentina. Nos pidieron que guardáramos el más cerrado silencio, porque si "los otros" se enteraban se iba a frustrar la posibilidad. Así lo hicimos. La noticia se filtró aunque siempre la negamos esperanzados en que iba a tener un final feliz.
Ahora sabemos que fue una de las tantas mentiras que utiliza el régimen kirchnerista para mantener amordazados y sin reacción a los que velamos por los presos políticos. Personalmente nunca tuve fe en esta noticia pero no quería ser aguafiestas, muchos abrigaban esperanzas.
Respecto del kirchnerismo, la regla es muy simple, pensar siempre mal, "piensa mal y acertarás".
La orden administrativa que mandó comprar las pulseras iba firmada por Alak en persona. Hasta ahora sólo los presos comunes han sido beneficiados con ese privilegio, que seguramente esconde algún negociado en las contrataciones del Estado.
Violadores, ladrones, asesinos están en su casa. Dicen que los jueces atorgan este beneficio en forma discrecional. Nada que tenga que ver con Derechos Humanos en la Argentina está alejado del negociado, la corrupción y el lucro.
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