domingo, octubre 11, 2009

El Príncipe.

Una obra que nunca pasará de moda, es "El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo, escrita como regalo de este autor a Lorenzo el Magnífico, duque de Médicis.
En estos días de perversidad gobernante, es bueno recordar sus palabras que muchos príncipes, entre ellos Napoleón Bonaparte, tenían como guía de vida.
"DE LA CLEMENCIA Y DE LA SEVERIDAD, Y SI VALE MAS SER AMADO QUE TEMIDO... César Borgia pasaba por cruel, y su crueldad, no obstante, reparó los males de la Romaña, extinguió sus divisiones, restableció allí la paz, y consiguió que el país le fuese fiel. Si profundizamos bien su conducta, veremos que fue mucho más clemente que lo fue el pueblo florentino cuando permitió la ruina de Pistoya, para evitar la reputación de crueldad en orden a las familias Panciatici y Cancellieri, que tenían a la ciudad dividida en dos partidos y enteramente asolada con sus contiendas...Y aquí se presenta la cuestión de saber si vale más ser temido que amado. Respondo que convendría ser una y otra cosa juntamente, pero que, dada la dificultad de este juego simultáneo, y la necesidad de carecer de uno o de otro de ambos beneficios, el partido más seguro es ser temido antes que amado...
...Los hombres se atreven más a ofender al que se hace amar que al que se hace temer, porque el afecto no se retiene por el mero vínculo de la gratitud, que, en atención a la perversidad ingénita de nuestra condición, toda ocasión de interés personal llega a romper, al paso que el miedo a la autoridad política se mantiene siempre con el miedo al castigo inmediato, que no abandona nunca a los hombres. No obstante, el príncipe que se hace temer, sin al propio tiempo hacerse amar, debe EVITAR QUE LE ABORREZCAN ya que cabe inspirar un temor saludable y exento de odio, cosa que logrará con sólo abstenerse de poner mano en la hacienda de sus soldados y de sus súbditos, así como de despojarles de sus mujeres, o de atacar el honor de éstas. Si le es indispensable derramar la sangre de alguien, no debe determinarse a ello sin suficiente justificación y patente delito. Pero, en tal caso, ha de procurar, ante todo, no incautarse de los bienes de la víctima, porque los hombres olvidan más pronto la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio...".

A estos comentarios anota, al margen de su ejemplar, Napoleón Bonaparte:
"Cuando no hay delito real, lo forja uno. Para mis grandes providencias gubernativas, dispongo de hombres más sabios que Gabriel Naudé"
Respecto del comentario de olvidar más rápido la muerte de un padre que la pérdida de su patrimonio agrega: "Observación profunda, que se había escapado a mi penetración".

En estos días de cinismo y traición, recordemos las sabias palabras de Maquiavelo. Los actos miserables, deben poder ser escondidos detrás de justificativos creíbles, y no a la vista de todos, como pasa en estos momentos. El príncipe debe ser temido mas no odiado, aborrecido y despreciado, como pasa con los Kirchner.
Animo! que no falta mucho para que se derrumbe su gobierno de mentiras y destrucción. Lo advierte el mismo Maquiavelo.