Algunos lo llaman populismo, yo me inclino por llamarlo "pueblo-bonsai".
Según la tradición china, el arte del "bonsai" estuvo ligada a los nobles y personas de la alta sociedad. Aquél que podía conservar un árbol en una maceta tenía asegurada la eternidad.
Otro tanto pasa hoy en Argentina, en la que los políticos que dicen provenir de los estratos populares, se constituyen en una especie de nobleza y aristocracia manteniendo al pueblo en estado de enanismo, recortando sus raíces, encerrando su capacidad de crecer, podando sus copas. Se "eternizan" en el poder limitando a sus congéneres.
La poda de sus capacidades de crecimiento es una forma de impedir el desarrollo natural que guarda el ADN de un individuo. Los chinos podaban árboles inmensos para limitarlos al espacio de una maceta con el unico fin de la contemplación.
Nuestros "barones" del conurbano y la política podan toda capacidad de despegue de los ciudadanos para tenerlos en un estado de enanismo perpetuo, que los obligue a comer de la mano del señor feudal y los esclavice.
Desde un joven que debe afiliarse al partido de una "señora" feudal como Milagros Salas hasta el retardo mental que provoca la desnutrición en Tucumán, hoy rebautizada como "bajo peso".
Una nueva casta que explota al ser humano, y se reserva todos los vicios y excesos como si fueran lobos (hombre lobo del hombre) explotando al prójimo.
Quiera Dios que podamos romper ese círculo bien llamado vicioso.
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