lunes, octubre 31, 2016

Señor de los Ejércitos



ARMAGEDÓN

A los caídos en la batalla de Lutter am Barenberge,
para aplastar la herejía luterana

No sabemos el día, la hora o el espacio,
nos resulta escondida la fecha y el paisaje,
pero habrá una batalla, un asalto postrero,
que será a Tu servicio, lidiando en Tu homenaje.

No sabemos tampoco si las armas del duelo
brotarán de la esquirla, del fuego,de los hierros.
Donde retumben cascos de Tu galope iremos,
nos lleves a una orilla o al filo de los cerros.

Estarás de regreso, cumpliendo Tu palabra,
en la diestra un estoque purificado en llantos
de justos, de leales, del rebaño pequeño,
y a grupas de sus potros te escoltarán los santos.

Te veremos, Señor, como no te hemos visto,
tal cual profetizaste con el son de un plañido,
el lábaro flameando, las mesnadas pujantes,
el campamento en vela sobre el Monte Megido.

Los de Gog y Magog probarán su artería
fundida en las tinieblas, crepitantes de averno,
entonces el celaje se partirá de un tajo
y bajarás ecuestre, arrollador y eterno.

¿Dónde irán los traidores de la Cruz y la Sangre,
adónde los perjuros de la recta doctrina,
qué refugio de sombras, de negrura y de abismos
hospedará al indigno de la silla petrina?

Confirma nuestra Fe, para no defraudarte,
las aguas bautismales confírmanos al alba,
revalida en nosotros la fuerza de los héroes,
tu espaldarazo danos, Señor, porque nos salva.

El temblor se disipa, sabiendo que acaudillas
un ejército invicto transfigurado en grey,
con vivac en el cielo, la gracia por vanguardia
la muerte derrotada, vivando a Cristo Rey.

Antonio Caponnetto

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