sábado, marzo 29, 2014

EL REFLEJO DE LA REALIDAD.

FOTO: (De izquierda a derecha: mi madre, mi padre, dos amigas de mamá, el comisario Guillermo Ernesto Pavón, un amigo de papá)



La foto es del casamiento de mis padres;  imagen de alegrías pasadas pero no olvidadas ni perdidas. Algunos de los de la foto  ya no están. Uno, el comisario Pavón, fue asesinado por los que construían un mundo mejor matando buena gente;  imponiendo una utopía  por las armas.
Imponer  la utopía comunista por medio de la fuerza  fue un fracaso tan extenso y profundo  que hoy  sus cultores dicen haber  renunciado al método. Claro, siempre quedan  dinosaurios como  Maduro y Castro pero ya  lo admitió Gorriarán Merlo: la Tablada fue el último tren de la historia. 
Los otrora revolucionarios comunistas habrían abandonado la idea de cambiar la realidad por medio de la fuerza  al punto en que hoy, a duras penas,  esperan  cambiar algo de la realidad. En su lugar  se contentan con modificar su reflejo.  

UN HONDO FRACASO
En medio entre Marx y Antonio Gramsci está el reconocimiento de un hondo fracaso. La realidad arisca tiene sus propias reglas que a los marxistas les han sido tozudamente esquivas. Pero ni marxistas ni gramscianos han desechado  la utopía comunista que es en sí  el verdadero  fraude.  No cambian de fracaso, cambian de método para llegar a él. 
El gramscismo,  desde los arcones polvorientos del olvido,  se vistió de gala y vino a reclamar su  turno en la historia. El cientifismo marxista le cedió su lugar a la magia;  premio consuelo que como en el vudú, basta pinchar un muñeco  para dañar a la persona. Modificar su reflejo para cambiar la realidad. 
No es de lo peor  que han emprendido.  Hacer la revolución dominando los medios de comunicación, la cultura, el arte, el periodismo,  la educación, dibujando y desdibujando el reflejo para modificar la realidad no es de  lo más exótico  que se les ha ocurrido. 
El gramscismo es, de alguna manera, una hipótesis psicológica de profecía autocumplida. Creer para hacer creer… para crear. Las ametralladoras dejan su lugar a otra violencia: la psicológica. Enunciar, divulgar, imponer una idea. En la última etapa de construcción del relato: censurar al que piensa distinto como antisocial,  enfermo mental o agente cipayo; exclusión del sistema; alienación; esquizofrenia del que debe seguir dentro del sistema; confesión y admisión de errores de los excluidos que deseen reingresar. Siempre violencia, siempre imposición,  nunca persuasión o intercambio  de ideas porque el mal está en el  fin, no siempre  en el camino. 
Y pese a lo original no resulta. No hay nada más contumaz que un hecho; se impone tan prescindentemente de su relato que lo niega y lo ofende. No alcanza con proclamar: “la inseguridad es una sensación” para que la inseguridad obediente se esfume. Abracadabra… y  la inseguridad no desaparece. La magia no funciona, está rota. Se cree en el espejismo pero el desierto no se borra. Perseveran;  ponen fe; parecen locos. Prefieren pasar por locos que  admitir otro fracaso.  
La realidad dura, el  hecho concreto que rechaza fajas y afeites es que por donde pasa el marxismo  sólo deja devastación y muerte: países arrasados  como el camino de la langosta. Tarde o temprano la construcción fantástica se desmorona pero a un precio muy alto  de destrucción y vidas. Vidas trituradas por los engranajes irremediables de la historia. 

LA FOTO COMO REFLEJO DE  LA REALIDAD.
El candombe kirchnerista “Nunca Menos” decía que venían a arruinarnos la foto: “Arruinándoles la foto a los que no vuelven más”. Pero  la foto sigue intacta.
Hoy, 29 de marzo de 2014, se cumplen 38 años desde que el comisario Guillermo Ernesto Pavón –el quinto de izquierda a derecha en  la foto- fue asesinado por el ERP.
Muchos han querido modificar la foto como reflejo de una realidad que  no conviene,  haciendo desaparecer  a las víctimas del terrorismo porque molestan, son incómodas, proclaman a gritos que los  “jóvenes idealistas” mataban al azar con crueldad e indiferencia. 
Los mataron con fusil y ahora quieren matar su recuerdo,  como si nunca hubieran existido. Abracadabra!

LA FOTO Y LA MEMORIA.  
El comisario Guillermo Ernesto Pavón fue amigo de mi padre, fue un hombre recto e íntegro hasta el último momento de su  vida. Dejó una esposa viuda y un hijo pequeño  huérfano. Lo vemos  feliz en la foto  porque asistía al casamiento de su mejor amigo, mi papá. La foto sigue igual, idéntica, ni siquiera la ha modificado el sabor amargo de saber  que uno de los invitados fue asesinado y que su crimen continúa  impune. No nos han arruinado la foto ni lo harán y si algún día se rompiera o se quemara, seguiría  existiendo  en la foto de nuestro corazón. 
Las víctimas del terrorismo viven en todos los que de alguna forma fuimos tocados por sus santas existencias, los que los conocimos y  los que conocimos a los que los conocieron y amaron. Nunca podrán borrarlos de la realidad, nunca podrán convencernos de que no existieron.   Eran buena gente, gente feliz que no le hacía mal  a nadie,  que se casaba y cuidaba de sus hijos, que trabajaba y luchaba por su existencia, la de su familia  y la de su país.  Un país que tenía menos pobreza y exclusión que el de hoy, menos analfabetismo, menos corrupción, menos jóvenes “ni-ni”. Era un país mejor y aun así  los mataron.
En Argentina hay  17.387 víctimas del terrorismo que no son  reconocidas por el Estado. Los que no nos olvidamos de la foto queremos saber  quiénes los mataron, queremos saber por qué,  queremos que los asesinos  vayan presos,  queremos saber  quiénes financiaron esta aventura y queremos que el Estado nos lo diga. Que investigue  si  detrás de estos crímenes se esconden  países extranjeros como Cuba o la Unión Soviética. Queremos que  nos expliquen si nuestro país fue atacado por potencias extranjeras sin una declaración previa  de guerra. Conocemos  la verdad pero queremos que se reconozca oficialmente.
El 24 de marzo pasado presenciamos el  festival obsceno  de la mediamemoria.   Los que no nos olvidamos de la foto, queremos que alguna vez, en nuestra querida Patria, se instituya  oficialmente  el día  de la memoria completa. 




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